Sword Art Online

Volumen 16: Alicization Exploding

Capítulo 18: La Gran Guerra de Underworld

 

 

Calendario del Mundo Humano, 18:00 del 7 del Noviembre, año 380.

 

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La luz del atardecer de Solus tiñe la puerta que separa ambos mundos con un color rojizo como la sangre.

«La Gran Puerta del Este»

Construida por la mano de dios hace más de trescientos años, la gigantesca estructura que separa el Mundo Humano y el Imperio Oscuro, estaba a punto de colapsar.

Mientras que los cinco mil del Ejercito de Defensa del Mundo Humano y los cincuenta mil del ejército invasor miraban sin decir palabra, temblores tronaron en todo el mundo con algo parecido a los rugidos de una inmensa bestia en agonía desde la gran puerta, lo último de su vida eficaz estaba desapareciendo. Aquellos que cruzaron desde la capital central del Mundo Humano, Centoria, en el este hacia la capital imperial de la tierra de la oscuridad, Obsidia, en el oeste como distante, siniestros truenos, para motivar a todos en Underworld a mirar hacia los cielos.

Pasaron segundos.

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El resplandor de Solus tiñó la puerta que aislaba los dos mundos de rojo sangre.

Una grieta atravesó el núcleo de los más de trescientos mel de altura de la Gran Puerta. La luz blanca se derramó desde dentro y chamuscó a los soldados que se alineaban en ambos lados, este y oeste.

La fisura de ramificó infinitamente, llegando a los extremos de la Gran Puerta en un instante, mientras la luz blanca seguía derramándose como una malla. Palabras gigantes en escritura sagrada erupcionaron con las llamas hacia ambos lados de la puerta. Solo habían dos en todo el campo de batalla que entendían el significado tras las palabras, [Final Tolerance Experiment].

Empezó justo cuando esas palabras se apagaron.

la Gran Puerta del Este se derrumbó desde la parte superior, liberando destellos de luz que se extendían hacia los cielos.

Sword Art Online Volumen 16 Capítulo 18 Parte 1

 

Sword Art Online Volumen 16 Capítulo 18 Parte 1

 

Sword Art Online Volumen 16 Capítulo 18 Parte 1

Parte 1

 

“Uoohh…”

Una voz excitada escapó de Vassago Casals quien sacó la parte superior de su cuerpo por la barandilla del vehículo de comando .

—¿Este es el «final load test»? Deja mal incluso a las películas de Hollywood. No deberíamos estar tomando esta tecnología de videografía en lugar de la de IA, bro? Seríamos millonarios en nada si empezáramos un estudio de efectos especiales.

A pesar de tener los ojos pegados al gran espectáculo en la distancia, Gabriel Miller al escuchar eso señaló fríamente.

—Desafortunadamente, esta vista no puede ser grabada en ningún medio. Después de todos no son polígonos lo que forma todo en este mundo. Este gran espectáculo solo es visibles para aquellos conectados al STL.

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La mitad de la Gran Puerta del Este ya se había derrumbado en innumerables pedazos de escombros. Aunque el ruido y temblores fueron tremendos, todas las rocas masivas se fundieron en luz justo antes de que se estrellaran contra el suelo. A juzgar por esto, parecía que los restos de la puerta no terminarían como una barricada.

Gabriel se levantó del trono instalado en el techo del vehículo de mando con su manto negro de pieles agitándose antes de caminar hacia un cráneo grande creado por una de los Diez Lords de la tierra de la oscuridad, la jefa del gremio de los usuarios de artes oscuras, D.I.L.

El cráneo colocado en una pequeña mesa era al parecer un artefacto capaz de transmitir sonido. Dijo que hablando en este cráneo maestro, su voz sería enviado a los cráneos esclavos en posesión de los generales. Aunque inferior a la del sistema de transmisión multicanal del vehículo de comando Stryker, era mucho más efectivo que enviar un ejército de mensajeros para cada pequeño de comando.

Mirando abajo en las cuencas de los ojos huecos del cráneo, Gabriel dejó escapar una sombría voz adecuada para su rol como «el Emperador del Imperio Oscuro y dios de la oscuridad, Vector».

—¡Guerreros de nuestra tierra de oscuridad!¡El momento que habéis estado esperando ha llegado! ¡Matad todo lo que viva!¡Saquear todo sin dudarlo!——¡¡Arrolladlos a todos!!

Gritos de guerra brotaron de todas partes de las formaciones de batalla, su volumen puede exceder el del colapso de la Gran Puerta. Las innumerables machetes y picas orientadas hacia arriba brillaban en el color de la sangre bajo el sol poniente.

El primer grupo del ejército del Dark Territory compuesto por cinco mil goblins de montaña, cinco mil goblins de la llanura, dos mil orcos y mil gigantes para un total de trece mil unidades. Ellos tendría que primero liderar la carga y observar la reacción del ejército enemigo.

Balanceando rápidamente su mano derecha levantada hacia delante, Gabriel dio su primera orden como jugador en este juego de guerra.

—Primer grupo—¡¡iniciad el asalto!!

* * *

 

El que asumió el mando de los cinco mil goblins de la montaña en el flanco derecho de la fuerza goblin que constituyen el primer escuadrón de los cincuenta mil efectivos del ejército invasor era su nuevo jefe llamado Kosogi. Era uno de los siete hijos del jefe anterior, Hagashi, quien murió accidentalmente debido al acto de rebelión del General Oscuro Shasta.

Hagashi fue ensalzado como el más cruel y codicioso incluso entre los últimos jefes. Kosogi no solo heredó una fuerte tendencia a ser de ese modo, sino que ocultaba una alta inteligencia impropia de los goblin bajo su horrible cara.

Tras haber cumplido los veinte este año, Kosogi ha estado reflexionando sobre por qué los goblin eran considerados como los peores entre las cinco razas de la tierra de oscuridad– los seres humanos, los gigantes, los ogros, los orcos y los goblins– durante más de cinco años.

Ciertamente, los goblins eran los más pequeños de las cinco razas y los más débiles físicamente también. Sin embargo, los números que tienen compensan esa desventaja y, de hecho, llevaron a cabo batallas contra los orcos y los humanos en igualdad de condiciones durante la antigua «era de hierro y sangre».

Cuando las razas eventualmente finalizaron sus guerras, agotados, el jefe goblin, también, ganó un asiento en la Asamblea de los Diez Lords, la más alta de congregación en la tierra de la oscuridad, al concluir el tratado de paz de las cinco razas. Sin embargo, el tratado era, en realidad, nada justo. Tanto los goblins montañas como los de las llanuras se les dio no más que las tierras secas en el norte como su dominio y no había cerca suficiente agricultura ni modo de preservar la Vida de toda la  raza; sus  hijos morían  constantemente de hambre y sus ancianos murieron rápidamente.

En resumen, eso fue realizado por los jefes de las otras razas.

Con el fin de frenar la mayor fortaleza de los goblins, sus números, les forzaron hacia una tierra vasta, pero infértil. Como tal, los goblins tenían que agotar todos los extremos para sobrevivir hasta el día actual y no pudieron continuar su civilización. Tener instituciones de formación para la práctica de sus hijos como los iums negros era imposible; en su lugar eran lanzado rio abajo en botes para reducir el número de bocas para alimentar. Todo mientras sabían el trato que recibirían sus hijos en las tierras de otras razas cuando llegaran.

Si sólo tuvieran tierra fértil y recursos suficientes, sus soldados ahora no sostendrían estos machetes y armaduras de placas fundidas de hierro crudo, tendrían el equipo de acero templado. Habrían acumulado Vida de amplios suministros de alimentos y estudiado técnicas y tácticas de espada. Puede ser que incluso hubieran adquirido eventualmente esas artes oscuras que monopolizan los iums negros.

Si lo hubieran hecho, nadie reclamaría a los goblins el ser una raza inferior.

El difunto padre de Kosogi, Hagashi, era constantemente perseguido por su ira y celos hacia los iums negros, pero carecía del cerebro para pensar sobre que hacer al respecto. Él poseía la sabiduría necesaria para creer saber los pensamientos del Emperador Vector en la forma de explotar militarmente esta gran guerra.

Qué locura. ¿Cómo podrían esperar que se distinguieran en batalla? Era obvio con solo ver la disposición del ejército.

Probablemente fue sugerido al emperador por la jefa del Gremio de Usuarios de Artes Oscuras. Esa mujer debió de haber forzado el «honor como la fuerza de choque» en las dos razas goblin para usarlas y disponer de ellas desde el inicio. Los goblin deberían cargar como la vanguardia y ser cortados rápidamente por esos demonios de leyenda, los Caballeros de la Integridad del Mundo Humano, antes de ser incinerados por ella desde una zona segura en la retaguardia como daño colateral con la intención de robar sus meritos.

¿Cómo podía él dejarla hacer tal cosa?

Sin embargo, en ningún caso, significaba que pudieran desobedecerle. El descendido Emperador Vector no fue dañado ni siquiera en un pelo tras estas inmerso en el ataque del General Oscuro Shasta que en un instante aniquilo a los dos jefes goblin y al líder del Gremio de Asesinos. El emperador tenía el absoluto poder y en la tierra de la oscuridad decretaron que el débil no debe desobedecer al fuerte.

Pero, esa ium negra era diferente. Kosogi era ahora uno de los diez lords, en igualdad de condiciones con ella. Él no tenía la obligación de acatar obedientemente sus maliciosos esquemas.

La orden dada a los goblin era realmente simple. Ellos debían penetrar cargando como la vanguardia y aniquilar al ejército enemigo.

Eso era todo. No había nada respecto a mantener el frente de guerra hasta que las llamas de los usuarios de artes nos llovieran desde atrás. Tenían la posibilidad de burlar a esa mujer.

Kosogi en secreto pasó una directiva a sus oficiales de confianza al mando justo antes que la Gran Puerta colapsara.

En el momento que le dieron la calavera esclava empezó a moverse y entregó las ordenes del emperador, metió la mano por debajo de su armadura y sacó una pequeña bola que había preparado de antemano. Sus oficiales al mando deberían de estar haciendo lo mismo en ese momento.

El grupo de rocas que una vez fue la Gran Puerta del Este se derrumbó completamente con un rugido y se desvaneció como la luz.

Vio múltiples hogueras y el brillo de las armas y armaduras deslumbrantes más allá del valle que se abrió al frente.

Era el ejercito de defensa de los iums blancos.

Tras ellos estaban tierras suficientemente llenas con abundancia, recursos ilimitados y mano de obra, lo suficiente para que los goblin de la montaña recuperaran su era de gloria.

¿Cómo iba a convertirse en una piedra desechada? Tenía a los goblins de las llanuras, maldecidos nuevamente con un jefe sin cerebro, y a los orcos, aún más estúpidos, cumpliendo ese rol.

Kosogi agarró la bola firmemente con su mano izquierda y sostenía el grueso cuchillo de montaña en su derecha mientras gritaba con voz profunda.

—¡¡Todos vosotros, permaneced juntos y venid conmigo!! ¡¡—A la cargaaaaa!!

* * *

 

—¡Primer escuadrón, blandid vuestras espadas y prepararos para la batalla! ¡Ascetas, preparad vuestras artes curativas y encantamientos!

En su rol como subjefe de los Caballeros de la Integridad sirviendo al ejercito de defensa del mundo humano, la orgullosa voz de Fanatio Synthesis Two atravesó el crepúsculo.

Jyariin!!  El coro de espadas deslizándose de sus vainas sonó a través del valle. Las hogueras, que fueron suprimidas en cantidad, imbuían a sus espadas de acero un destello rojo.

Un ruido atronador finalmente se acercó desde más allá de la colapsada Gran Puerta del Este, con el suelo prácticamente retumbando por ello.

El corto ritmo de los goblins. El tibio ritmo de los orcos. Las pasos de los gigantes, que sonaban como martillos estrellándose contra el suelo, se mezclan y sobreponen sobre sus gritos de guerra. El aullido de la gran bestia conocida como guerra todavía desconocida para todos los humanos.

Tomó todo lo que tenían para que los trescientos guardias alineados en líneas defensivas a doscientos mel de la Gran Puerta simplemente pudieran mantener su posición. No habría sido extraño para sus dila colapsar antes de siquiera haber cruzado espadas y esparcirse en confusión. Esta era la primera experiencia de todos estos guardias teniendo una batalla con sus vidas en juego, por no hablar de en la guerra.

Lo que los mantuvo en pie en su puesto eran las espaldas de los tres Caballeros de la Integridad estando solo en intervalos en la línea frontal.

A cargo de soportar el flanco izquierdo estaba el «Látigo de Escamas Heladas», Eldrie Synthesis Thirty-one.

En el medio estaba la «Espada Perforadora del Cielo» quien también ejercía como comandante de las fuerzas, Fanatio Synthesis Two.

Y el flanco derecho estaba protegido por el «Arco de Llamas Conflagrantes», Deusolbert Synthesis Seven.


Los tres caballeros vestidos con armadura de cuerpo completo que brillaban hermosas incluso en las profundidades de la oscuridad se mantenía de pie firmemente en el suelo con cada uno de sus dos pies y esperaban las tropas enemigas sin ni siquiera un tic.

El miedo y el susto estaban presentes incluso dentro del pecho de los caballeros. Puede ser que tengan experiencia en batallas reales a diferencia de los guardias, pero la mayoría no eran más que en combate uno-a-uno con los caballeros oscuros. Nadie había experimentado la lucha contra una fuerza así de enorme: ni la caballera Vicecomandante Fanatio, ni siquiera el Caballero de la Integridad comandante Bercouli Synthesis One quien comandaba el segundo escuadrón de la retaguardia.

Para colmo, la gobernante del mundo humano, Highest Minister de la Iglesia Axiom, Administrator, ya no existía.

La justicia absoluta que sirvió como el símbolo de la iglesia también, había desaparecido.

Los caballeros estaban en este campo de batalla, confiando en su  última convicción. Irónicamente, fue una emoción particular que debería de haber sido destruida por el «Ritual de Synthesis» cuando se lo realizaron.

Deusolbert Synthesis Seven esperaba al ejército enemigo con el pecho inflado valientemente mientras acaricia suavemente el viejo anillo en su dedo anular de la mano izquierda, sujetando su Arco de Llamas Conflagrantes, con los dedos de su mano derecha.

Estando entre los Caballeros de la Integridad más mayores, había protegido el orden de la región norte del mundo humano por más de cien años.

Acabó con los invasores del Dark Territory en sus intentos de cruzar la cordillera del borde, exterminó grandes bestias mágicas en su base de operaciones, y ocasionalmente tomó criminales que cometieron tabúes. Había dejado de pensar en las razones de sus responsabilidades hacia mucho. Creyendo que sin duda él era un caballero invocado  del Mundo Celestial, nunca mostró ni una gota de interés en las actividades de los humanos de la superficie.

Lo que confundía a veces a eran aquellos misteriosos sueños que le pagaban una visita al amanecer sin falta.

Una pequeña mano tan pálida que parecía transparente. La luz brillaba desde un simple anillo de plata en su dedo anular.

Esa mano le acariciaba el pelo, tocaba sus mejillas y agitaba suavemente sus hombros.

Oiría un gentil susurro.

—Despierta, querido. Es de día…

Deusolbert no dijo a nadie sobre estos sueños. El pensó que el Chief Elder los borraría con sus artes si oía de ellos. No quería perder esos sueños. Después de todo, el anillo brillando en la pequeña mano de sus sueños tenía el mismo diseño que el que tenía puesto en su dedo anular izquierdo desde que despertó como caballero.

¿Eran esos recuerdos del Mundo Celestial? Si cumplía su misión como caballero en esta tierra inferior y ganaba el permiso para volver arriba, ¿podría encontrarse una vez más con la persona a la cual pertenecía esa mano?

Deusolbert ocultó esa pregunta, o esperanza, en lo profundo de su corazón por largo tiempo.

Sin embargo, algo ocurrió durante ese grave choque enviado a lo largo de la Catedral Central hace medio año.

Deusolbert, quien luchó con los dos jóvenes que se revelaban contra la iglesia, perdió a pesar de tener que recurrir a su Arte de Control Completo de Armamento. El joven de pelo negro, quien rompió a través del Arco de Llamas Conflagrantes con una técnica de espada que vio por primera vez, habló de algo difícil de creer.

Los Caballeros de la Integridad no eran invocados desde el Mundo Celestial. Ellos solo eran gente normal nacida en el mundo humano, entrenados para convertirse en caballeros con sus memorias selladas.

Highest Minister, Administrator, el bien supremo, el orden supremo, y personificación de la perfecta justicia no podía estar involucrada en engañar a todos los caballeros. Sin embargo, estos jóvenes repelieron a la vicecomandante Fanatio, al caballero comandante Bercouli, y al Chief Elder Chudelkin, llegaron al piso superior de la Catedral Central, y vencieron a la mismísima Adminsitrator. Un grupo de simples rebeldes no podía tener tal fuerza en sus espadas.

Francamente lo sabía desde el principio, desde que luchó con ellos por primera vez. Los golpes de su espada recta no poseían rastro de mentira o engaño.

Eso significaba entonces que la persona que tenía esa pequeña mano de sus sueños tampoco era del mundo celestial sino una persona de la superficie.

Deusolbert hizo algo por primera vez desde que se convirtió en caballero cuando se dio cuenta de la verdad. Abrazó el anillo de su  mano izquierda sobre el pecho mientras las lágrimas fluían de sus dos ojos.

Después de todo, a diferencia de los Caballeros de la Integridad , las vidas de las personas del mundo humano desaparecían en setenta años como mucho. En otras palabras, Deusolbert entendió que nunca volvería a ver a aquella que le llamaba, “querido”.

Y aún así respondió a la petición del caballero comandante Bercouli y avanzó hacia donde se llevaría a cabo la batalla decisiva.

Para proteger el mundo donde él vivió junto con la dueña de esa pequeña mano, sin importar hace cuanto sucediera.

Eso quería decir que lo que dio fuerza al Caballero de la Integridad Deusolbert Synthesis Seven para mantenerse firme sin moverse ante la gran fuerza de la tierra de la oscuridad, era la fuerza del sentimiento que debería haber perdido, «amor».

Y aunque él lo desconociera, los caballeros Fanatio y Eldrie, también, estaban ahí para pelear junto a él por sus respectivos seres queridos.

Deusolbert separó su mano derecha del anillo y agarró cuatro fechas de acero a la vez del gigantesco carcaj situado a su lado.

Las colocó con cuidado en su instrumento divino, el Arco de Llamas Coflagrantes, que sostenía horizontalmente.

Estaba a punto de terminar con el encantamiento de su arte de control de armamento completo. Fanatio y Eldrie seguirían absteniéndose, pero la técnica secreta de Deusolbert no podría mostrarse cuanto se volviera un alboroto. Con la decisión de gastar la mitad de la vida de su amado arco, el Caballero de la Integridad tomo una inspiró profundamente y pronunció la frase final .

—¡Enhance armament!

Carmesí.

Las llamas gigantescas del gran arco de cobre que llegaron a los doscientos mel cubrieron a los invasores en un rojo brillante.

Las cuatro flechas colocadas en la cuerda del arco brillaban también, inmersas en profundas llamas carmesí.

—¡Soy el Caballero de la Integridad Deusolbert Synthesis Seven! ¡¡Todos los que estáis ante mí, arderéis, no dejando ni siquiera vuestros huesos!!

A pesar que no se mantenía en sus propios recuerdos, una vez se nombró a si mismo del mismo modo cuando tomó a una sola chica de una pequeña villa en el norte de la región ocho años atrás. Sin embargo, con su espesa mascara de acero ahora removida, su voz resonó, acentuada y sonora.

Los dedos del caballero liberaron la tensión de la cuerda del arco en su límite.

¡¡Zudoo!! Cuatro golpes de llamas salieron disparadas en una formación radial con ese rugido.

Las primeras víctimas de lo que luego sería conocido como la «Guerra de Underworld» eran los soldados goblin de la llanura que cargaban desde el lado izquierdo del valle.

El nuevo jefe de los goblins de la llanura, Shibori, no tenía ni sabiduría ni esquemas al nivel del nuevo jefe de los goblin de la montaña, Kosogi, y era un joven que solo podría presumir sobre su constitución y fuerza. Como tal, se enfrentó a un Caballero de la Integridad, de fuerza abrumadora incluso en solitario, absolutamente sin preparación y simplemente ordenó a sus cinco mil soldados cargar sin más.

Las cuatro flechas de Deusolbert atravesaron a los aglomerados goblins de la llanura desde el frente, alcanzando su máximo potencial. Todos los cuarenta y dos goblins de infantería fueron instantáneamente incinerados en el primer golpe que fueron instantáneamente incinerados en el primer golpe y causó el desorden en los soldados circundantes. Sin embargo, ya que su carga era indisciplinada desde el principio, la mayor parte de los soldados armados con machetes sedientos de sangre pasan sobres sus parientes calcinados y continúan su desordenado asalto, empujando a sus compañeros vacilantes a un lado.

Deusolbert en respuesta colocó otras cuatro flechas en el Arco de Llamas Coflagrantes.

En lugar de separarlas, él las disparó mientras seguían juntas.

La gran y conlfagrante lanza impactó  directamente en medio de sus filas y creó una tremenda explosión. Muchos soldados fueron arrastrados en medio de sus dispersos gritos estridentes. Las bajas superaron las cincuenta, pero aún así, los goblins de la llanura seguían cargando.

Naturalmente, lo harían. Dos mil orcos y mil gigantes seguían a las dos razas de goblin, quienes mantenían el ritmo conjunto y pararse sería equivalente a ser momentos después aplastado por ellos, que tenían varias veces su tamaño.

Mientras que los goblin de las llanuras carecían de un plan tangible como el del nuevo jefe de los goblins de la montaña, Kosogi, ellos cargaban con la ira y el resentimiento contra el desprecio y la opresión a la que se enfrentan como la raza más débil. Y dicha emoción fue redirigida hacia su odio a las personas del Mundo Humano, quienes eventualmente se volverían sus esclavos, llamados «iums blancos» en su lengua.

Levantando bruscamente el hacha de batalla que sostenía con sus dos brazos, mucho más musculosos que el goblin promedio, el Jefe Shibori soltó un grito salvaje.

—¡Vosotros! ¡Matad primero a ese arquero! ¡¡Rodeadlo, cortadlo, aplastadlo!!

—¡¡Orarara—!! ¡¡Matar!! ¡¡Matar!! ¡¡Matar!!

Ese grito de guerra resonó a lo largo de los cinco mil soldados.

Deusolbert asumió la imponente ira y la sed de sangre sin una palabra mientras sacaba su tercera andanada de flechas de fuego. El numero de goblins carbonizados a cenizas excedió los cincuenta nuevamente, pero las fuerzas enemigas cargaban.

Guardó las llamas del Arco de Llamas Coflagrantes cuando la distancia entre ellos llego a cincuenta mel y cambio a disparar normal. Tomando flechas del carcaj a un  ritmo  feroz, disparaba a ciegas sin un objetivo en particular. Cada flecha atravesaba a tres goblins, o como mínimo a dos.

Los guardias corrieron hacia delante desde los lados de Deusolbert con sus espada desenvainadas.

—¡Proteged al caballero-dono! ¡¡No dejéis que sus espadas lleguen a él!!

Quien gritó eso fue un joven comandante de la guardia todavía debería de tener unos veinte años más o menos. El puso su larga espada a dos manos, con la que había pasado por un entrenamiento intensivo frente a sí mismo. Sin embargo su hoja tembló, solo un poco.

Deusolbert pensó en preguntarle para retirarse y no sobre extenderse. No tenía confianza en que los jóvenes guardias ya pudieran soportar una batalla real inundada de sangre, en espíritu, en técnica y en cuerpo, a pesar de experimentar la estricta orientación de los caballeros.

Sin embargo, aspiró antes de dar un profundo grito en su lugar.

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—Mis disculpas. Os dejo la derecha y la izquierda.

—¡¡Déjanoslo a nosotros!!

El comandante de la guardia mostró una clara sonrisa.

Pasaron los segundos.

Y el ruido estridente causado cuando los machetes de los soldados de los goblins de las llanuras chocaron con las espadas largas de los guardias sonó por primera vez.

* * *

 

Varios segundos antes de eso.

En el medio del valle, la Caballera Vicecomandante Fanatio Synthesis Two esperaba al enemigo en una postura que podría ser considerada simplemente extraña por el conocimiento común en este mundo.

Estaba de pie con los pies muy separados el lado izquierdo de su cuerpo hacia delante. Si mano derecha alineada a la altura de sus hombre estaba agarrando fuertemente la empuñadura de su instrumento divino, la Espada Perforadora del Cielo. Sin embargo su espada era empuñada horizontalmente con un agarre inverso con su extremo inferior apoyado por su hombrera.

Mientras tanto, su mano izquierda se estiraba hacia delante, su palma soportaba la hoja de  la  Espada  Perforadora  del  Cielo.  Si Gabriel  o  Vassago  fueran  testigos  de  esta  escena, probablemente llegarían al mismo razonamiento. Dicho simplemente, ella era como un francotirador con un rifle en la mano.

Eso podría decirse que es verdad en un sentido. Fanatio atrajo al ejercito del enemigo mientras corrían todo el tiempo posible mientras buscaba el punto más efectivo.

A pesar que el Arco de Llamas Coflagrantes de Deusolbert podía ajustar la amplitud de su flecha de fuego, la Espada Perforadora del Cielo solo podía disparar un haz estrecho de luz. Como tal, dispararlo ingenuamente contra el gran ejército enemigo difícilmente haría mucho.

Ella debía de tener por objetivo al comandante que estaba en algún lugar del ejército enemigo, alguno de los Diez Lords del Imperio Oscuro.

El Dark Territory llevó sus fuerzas a través del poder y el miedo. Los soldados promedio prometen absoluta obediencia a sus comandantes y lucharían hasta su fin independientemente del tipo de desarrollo. Pero dándole la vuelta, significaba que perderían todo el liderazgo con la pérdida de su comandante.

Nosotros, también, fuimos así.

Fanatio abrazó ese intenso y fugaz sentimiento

La noticia de que Highest Minister, Adminsitrator, había fallecido rompió la Orden de los Caballeros de la Integridad en una sola noche. Fueron las palabras de Bercouli que permitieron a los caballeros al borde del caos recuperarse a sí mismos.

—¿Era nuestra misión, nuestro propósito para vivir, obedecer las órdenes de la Highest Minister y al Chief Elder?

—No. Nosotros vivimos para proteger a aquellos viven en el Mundo Humano

—Mientras tengamos intención de proteger, permaneceremos como caballeros hasta nuestra muerte.

En realidad, no todos los Caballeros de la Integridad entendieron y acataron lo que dijo el caballero comandante. Los caballeros reunidos en este campo de batalla eran menos  de veinte.

Sin embargo, todos ellos llevan a cabo la voluntad de luchar hasta el final incluso son los únicos que quedan. Lo mismo había sido probablemente para los cinco mil guardias que se apresuraron a venir aquí, a este lugar de muerte. Esta era la diferencia decisiva entre las fuerzas del Dark Territory y ellos.

Fanatio enfocó su rostro desnudo, despojado de su máscara de plata, hacia la guardia de su querida espada y la sujetó firmemente en el ejército enemigo con sus ojos bien abiertos.

El grupo de goblins cargando mientras el suelo retumbaba estaba reduciendo la distancia entre ellos a cien mel. Deusolbert había empezado su asalto desde la derecha con su Arte de Control Completo de Armamento y llamas explosivas iluminaron el crepúsculo de rojo dos o tres veces.

Fue en ese breve resplandor—

Que Fanatio finalmente encontró a su objetivo.

Enormes sombras en el medio perseguían a las fuerzas goblin en el grupo avanzado como si les acecharan. Eran los gigantes, que tienen  cuerpos varias veces más grandes que os humanos. El que los lidera tiene una gran distinción era más alto que el resto por una cabeza, él era inequívocamente Sigrosig, uno de los Diez Lords. El jefe que había divisado antes.

Los gigantes eran una orgullosa o mejor dicho, terriblemente arrogante raza. Ellos median la superioridad basándose solo en el tamaño de sus cuerpos, y parecía que en el interior, ellos miraban hacia abajo incluso a los verdaderos gobernantes de la tierra de la oscuridad, los humanos de piel oscura.

Eso significaría derribar al líder de la tribu de un solo golpe antes que la guerra empezara de verdad, de hecho causaría una gran perturbación.

Fanatio aspiró profundamente, lo sostuvo, y susurró

—Enhance armament.

Luz blanca, como Solus, envolvió la Espada Perforadora del Cielo mientras vibraba un leve ruido.

Ella la agarró con precisión, con la trayectoria de su borde afiliado hacia Sigrosig quien corría hacia ella desde ese punto alejado, y gritó fuertemente.

—¡¡Perfora a través—luz!!

¡¡Zubaaaa!! El aire se sacudió como un deslumbrante rayo de calor convergente de la fuerza de Solus penetrando a través del campo de batalla.

Sword Art Online Volumen 16 Capítulo 18 Parte 1

 

* * *

 

—…Ha empezado…

El Caballero de la Integridad Renri Synthesis Twenty-seven escuchó el continuo sonido de las explosiones a los lejos mientras murmuraba con un suspiro.

Renri era uno de los siete caballeros de alto rango encargado del deber de defender el Mundo Humano. En otras palabras, podría decir que personalmente sostenía más que solo un poco de la capacidad de guerra de todo el ejercito de defensa.

Sin embargo, ahora se puso de cuclillas, abrazando sus rodillas, no en el frente del flanco izquierdo del segundo escuadrón del ejercito de defensa donde originalmente debía estar, sino mucho más atrás, en un rincón de la tienda usada para almacenaje y provisiones.

Había huido.

Tras huir nerviosamente varias decenas de minutos antes la batalla empezó inmediatamente, se coló en una tienda vacía y había silenciado su aliento y tapado las orejas desde entonces.

La razón por la que se comportó de estaba  basada en  el mismo motivo por  el que participo el ejército de defensa.

Un fracaso.

Juzgado así por Highest Minister, Administrator, Renri no había hecho ninguna obra de importancia como Caballero de la Integridad y pasó cinco años enteros en criostasis. A pesar de lanzarse a sí mismo a este campo de batalla para revocar esa deshonra, al final perdió contra su miedo.

Aunque sus recuerdos habían sido borrados de él, Renri una vez fue un joven denominado como un espadachín genio, sin rival, en el Southacroith South Empire. Avanzando a la Capital Central Centoria a la joven edad de trece, brillantemente consiguió la victoria en el Torneo de la Unidad de los Cuatro Imperios y al año siguiente fue promovido como Caballero de la Integridad.

Incluso tras perder todas sus memorias hasta entonces por el «Ritual de Synthesis» y despertar como caballero, el mostraba un talento excepcional con la espada. Subiendo rangos para convertirse en un caballero de alto rango a una velocidad excepcional, recibió un instrumento divino de Highest Minister.

Los atesorados instrumentos divinos de la Catedral central no eran dados por Highest Minister o los caprichos de los caballeros. Era, de hecho, lo opuesto, el instrumento divino elige a su usuario. A través de un tipo de resonancia entre el alma del caballero y las memorias del instrumento divino.

La resonancia entre Renri y su instrumento divino, un par de cuchillos para lanzar llamados «Filos de Alas Gemelas», eran realmente fuertes.

Sin embargo, de forma inesperada, el nunca los había invocado. El nunca había invocado la prueba de los caballeros de alto rango, el Arte de Control Completo de Armamento, ni una sola vez.

Eso fue suficiente para que Highest Minister  perdiera su  interés en  Renri.  Con Alice Synthesis Thirty convirtiéndose en Caballera de la Integridad después de él, su significado de existencia fue oscurecido por la luz de su enorme talento.

Hubiera sido injusto culpar a Renri, después de todo, el talento de Alice la impulsó hacia arriba, a la tercera posición del orden de caballeros y era digna del más fuerte y antiguo instrumento divino, la «Espada de Olivo Fragante». Aún así, Renri fue calificado como un fracaso en realidad y forzado a un largo letargo.

En el momento en que se convirtió en una escultura de hielo por el arte «deep freeze» del Chief Elder, lo que vino a su mente fue una aplastante sensación de falta.

Le faltaba algo importante para sí mismo… eso era el porqué no podía controlar los Filos de Alas Gemelas a pesar de su resonancia.

Renri despertó una vez más tras que pasara mucho tiempo.

Fue justamente en medio de ese incidente de rebelión que hizo temblar la Catedral Central. Con los caballeros residentes derrotados, incluyendo al caballero comandante Bercouli, y el destino de Alice, su carta de triunfo, incierto, Chied Elder Chudelkin pensó que era momento de descongelarle.

Sin embargo, Renri no cumplió en esta ocasión tampoco con su deber.  Chudelkin  y Highest Minsiter Administrator cayeron antes que hubiera despertado completamente y todo lo que captaron, una vez recuperó su movilidad, la orden de los Caballeros de la Integridad estaba en un estado de máximo desorden.

La solicitud para participar en la misión inútil de enfrentarse contra la invasión a gran escala de la tierra de la oscuridad vino de Bercouli, quien asumió el mando, en lugar de Highest Minister.

Renri sintió que los caballeros de alto rango que respondieron, como Fanatio, Deusolbert o Alice, brillaban todos más a pesar de haber experimentado la derrota.

Pensó que podría entenderlos si iba con ellos. Pensó que podría entender lo que le faltaba. El porqué de que su instrumento divino no le respondiera.

Acurrucado en un rincón de ese pasillo, Renri se levantó tímidamente y levantó su mano. Bercouli había colocado su gran mano en el hombro de Renri con un gesto firme y solo de dujo una frase. Que contaba con él.

A pesar de eso.

La presión que sentía en su primer campo de batalla, o más bien su primera batalla real, superó lo que se esperaba por mucho. La sed de sangre y el deseo de las fuerzas de la oscuridad separadas por mil mel dispararon hacia él como un hedor de acero quemado y Renri huyó antes de darse cuenta.

Levanta. He de volver a mi puesto. Si no lucho ahora, voy a seguir siendo un fracaso para siempre.

Se debe de haber reprendido a si mismo eso una y otra vez en la carpa que se había colado.

Sin embargo, temblores fuertes y feroces gritos de guerra le informaron del estado de la batalla mientras mantenía sus manos envueltas en sus rodillas.

—…Ha empezado…

Murmuró Renri una vez más.

El par de cuchillos para lanzar en ambos lados de su cintura parecían tambalearse como si condenaran a su maestro.

Pero no podía volver ahora. ¿Qué expresión podría hacer frente al caballero comandante y los guardia que habían depositado en él su confianza una vez más?

Nada cambiará incluso si estoy allí. Un caballero de alto rango incapaz de usar el Arte de Control Completo de Armamento sería solo una molestia en su lugar.

Pensamientos que sonaban como excusas pasaron por su mente y hundió su rostro más profundo entre sus rodillas.

Fue entonces que una voz suave alcanzó a Renri desde la entrada de la tienda, enviando una sacudida a través de todo su cuerpo.

—Tiezé, ¿qué tal aquí?

Renri cubierto por el miedo, totalmente diferente a un caballero, preguntándose si lo estaban buscando a él, pero oyó otra voz inmediatamente después. Ambas voces parecían pertenecer a chicas jóvenes.

—Sí, esta tienda parece que servirá, Ronye. Vamos a ocultar a senpai aquí y vigilar la entrada.

* * *

 

El jefe de los gigantes, Sigrosig, era un guerrero legendario con una barba de bronce y el pelo despeinado, de aspecto fornido, y una estatura del tamaño de una colina cubierta toda por innumerables cortes.

Ellos, los gigantes, eran ellos mismos la más pura interpretación de la única ley del Dark Territory, «el fuerte mandará». Por lo que podía recordar cada uno de ellos usaba cualquier método posible para comparar su fuerza, habilidad y cuerpos su jerarquía era decidida de un modo aun más estricto que el de la Orden de los Caballeros Oscuros. El territorio de los gigantes eran los altiplanos de la región oeste del Dark Territory, aunque distintos tipos de enormes animales y bestias mágicas que deberían de estar spawneando en abundancia se agotaban constantemente. Los gigantes los habían cazado sin cesar como objetivos para sus ritos de paso.

¿Por qué fueron tan lejos en su persecución de la fuerza?

Si no lo hubieran hecho, sus almas, sus «fluctlights», se habrían roto.

Las cuatro razas semi-humanas en el Dark Territory eran existencias terriblemente deformadas, con el «prototipo del alma» confinado dentro de carne que no era humana. Era necesaria una seguridad mental para evitar la ruptura de la mente propia.

Por ejemplo, los goblins se aferran a sí mismos mediante su complejo de inferioridad hacia los seres humanos, nacido de su pequeña estatura, en la fuerza de su resentimiento y odio.

Los gigantes, por el contrario, frenan la distorsión de ellos siendo humanos a través de desarrollar un complejo de superioridad sobre los humanos.

Todos y cada uno de los gigantes nunca perderían ante un humano en combate uno contra uno al menos. Eso servía como cimientos de su mentalidad, una regla absoluta. Eso era especialmente porque imponían tales excesivos ritos de paso en su juventud, elevando la prioridad de cada uno incluso si eso significa reducir en número de su raza.

Como tal—

Los mil guerreros gigantes llamados a este campo de batalla, al contrario de su taciturna naturaleza, hervían con intenta voluntad de luchar. Para ellos, nacidos en tiempos posteriores a la antigua «era de hierro y sangre». esta sería la primera batalla a gran escala que experimentaban.

El jefe de la raza, Sigrosig, pensó con toda seriedad.

Que ellos masacrarían a todo el ejército enemigo en la carga inicial y finalizarían la guerra.

Ellos no darían oportunidad de dar un paso al frente a aquellos determinados por el Emperador Vector como la fuerza principal del ejército: la Orden de los Caballeros Oscuros, el Gremio de Usuarias de Artes Oscuras y el Gremio Guerrero. Al obtener la victoria sin ellos, los gigantes serían reconocidos como la verdadera raza superior.

Cuando la calavera esclava que le habían dado sacudió su mandíbula, resonando el orden del emperador de cargar, Sigrosig sintió que las viejas cicatrices talladas en todo su cuerpo se ponían calientes. Pensaba que probaba que la fuerza de las innumerables bestias mágicas  que había vencido con sus propias manos se habían transferido a él.

—¡¡Pisoteadlos!!

Su atronadora orden consistía de una sola línea.

Eso era suficiente. Balanceando el gigantesco martillo de guerra en su mano derecha y haciendo temblar el suelo junto a sus confiables y valientes guerreros a su alrededor, Sigrosig empezó su asalto.

Los soldados del Mundo Humano estaban agrupados en el valle del frente.

Para los gigantes de tres mels y medio de altura, ellos eran débiles sin mucha diferencia de los goblins. Las espadas que llevaban eran aun más pequeñas que un diente de un Dragon Escamaroca recién nacido.

Ellos aplastarían, patearían y destrozarían a cada uno de ellos. El circuito que llevaba el complejo de superioridad de Sigrosig aumento al rojo vivo y dispersó chispas de placer. Su barbilla rectangular se deformó y expuso una sonrisa brutal.

En ese momento.

Una sensación extraña, pero no del todo desconocida le recorrió su columna vertebral.

Frio. Entumecimiento. Solo si fuera atravesado por agujas de hielo.

Había probado esa sensación hace mucho, mucho tiempo. En el «Valle Novato» no muy lejos de su pueblo. Su primera prueba. Cuando fue a robar huevos de pájaro mordedor, en el momento que la madre se abalanzó desde arriba…

Sigrosig continuó su carga mientras abría ampliamente sus dos ojos y buscaba el origen de esa sensación.

En el frente de las filas del Mundo Humano, justo en  el medio del valle, vio a una pequeña, pequeña humana. Pelo largo y cuerpo delgado. Una mujer—adornada con una reluciente armadura de plata, una Caballera.

Vio un caballero dragón del Mundo Humano elevándose más allá de la sierra del borde solo una vez antes. Había pensado en aplastar a dicho caballero en cuanto aterrizada, pero después de dar dos o tres vueltas en el cielo el caballero se fue volando hacia la sierra.

Estos tipos no tenían ningún valor.

No obstante. En los ojos negros de esa mujer caballero.

Sigrosig sintió vívidamente la mirada de la caballera a pesar de que les separaban trescientos mel. El temor o miedo que debería haber estado presente, no estaba, convirtiéndose en menos incluso de una pizca de sal después de caer en una gran olla de agua caliente.

En cambio, tenían la frialdad para obtener su presa, marcándola como objetivo.

¿…Cazarle, a él?

¿Para cazarle a él, Sigrosig, el líder de los gigantes y por lo tanto el guerrero más poderoso entre las cinco razas del Imperio Oscuro?

—Hgg…

Un chillido estridente, inadecuado para su sombría expresión, se filtró del fondo de su garganta.

La fuerza dejó sus dos piernas y el gran martillo en su mano derecha se volvió terriblemente pesado. La postura de Sigrosig se derrumbó al tropezarse.

Un instante.

Zubaaa!! Un rayo de luz deslumbrante salió disparado desde la espada que empuñaba la caballera con un zumbido diferente a cualquier sonido que hubiera escuchado antes. Fue apuñalado por el lado derecho del pecho del gigante que corría delante de Sigrosig sin ninguna resistencia.

Si Sigrosig no hubiera tropezado, la luz hubiera alcanzado su corazón a continuación.

En su lugar, la luz blanca vaporizó parte del desaliñado pelo rojo del jefe gigante y su oreja derecha decorada con dientes de sus presas.

Perforando a través de otros dos aliados que corrían detrás, se disipó en rastros de luz, dejando tras de sí esas heridas fatales.

La conciencia de Sigrosig difícilmente podía registrar los tres gigantes que perdieron toda su Vida en un instante y cayeron como troncos. El intenso dolor estaba ardiendo en la parte derecha de su cabeza, que fue apuñalada como un pequeño insecto, antes que una gigantesca emoción le asaltara.

Era, abreviando, terror.

Sigrosig siguió sentado en su trasero vergonzosamente mientras su mandíbula resonaba en su temblor.

Aun siendo testigo del revuelo durante la rebelión de Shasta, el General Oscuro, aunque estaba sorprendido, no tenía ningún miedo. Los únicos que Shasta mató tras convertirse en ese tornado negro no eran más que un débil asesino y esos goblins. Aunque tuvo que admitir el poder del Emperador Vector, no tenía problema con ello ya que él no era un humano sino un dios de la antigüedad.

Sin embargo, ¿porque esta simple mujer caballero inspiró tal miedo en él?

Sigrosig no podía soportar estar paralizado de miedo por una simple humana como su oponente.

—Es una mentira… Es una mentira, una mentira, una mentira.

El gigante gimió mientras salía humo de su pelo quemado.

Imposible. No podía estar asustado. Fuegos artificiales blancos fueron disparados en el fondo se su mente mientras un intenso dolor corría a través mientras más se preocupaba. Su boca y lengua convulsionaron rápidamente, escupiendo palabras ininterrumpidas que salían como extraños ruidos.

—Mentiramentiramentira, matar, matar, matarmatarmataré, réréréréré.

En este instante, en el centro del fluctlight de Sigrosig, su autoimagen de él mismo como el más fuerte, fuertemente arraigada dentro de él, su «núcleo», en esta «situación» donde fue paralizado de miedo inducido por conflictos inevitables, provocaron el colapso de los circuitos de luz cuántica en su lightcube.

Los dos ojos del gigante liberaron luz escarlata.

—Ree, ree, re—————

Mientras los guerreros de la raza gigante miraban el estado de shock desde alrededor, Sigrosig apareció con fuerza.

Balanceando su gigantesco martillo de guerra como si fuera una pequeña ramita, reinició su carga con tremendo vigor.

Mandando a los de su misma raza a volar hacia izquierda y derecha, alcanzó a la vanguardia goblin en poco tiempo. Ruidos húmedos [1] y gritos agudos llenaron de forma continua de sus pies que empujaban sin ningún intento de detenerse en su impulso, el gigante ya no percibía eso con su conciencia rompiéndose.

El comando de matar a la mujer caballero , era lo único que resonaba a través del núcleo de su cabeza, como una campana rota.

* * *

 

Al final, los jefes de los goblins de las llanuras y de los gigantes subestimaron las existencias conocidas como Caballeros de la Integridad.

Sin embargo, el jefe de los goblin de la montaña, Kosogi, quien lideraba la el flanco derecho de la vanguardia del ejército invasor era diferente. Había pagado un gran precio para estudiar el enorme poder militar de los Caballeros de la Integridad no hacía mucho.

La excavación de la cueva enterrada en el extremo norte de la sierra en el borde y la invasión de la Villa Rulid, por esa gran fuerza de goblins y orcos, fue planeada por Kosogi. A pesar de que él mismo se quedó en el Palacio Obsidia, dio tropas a tres de sus hermanos con quienes compartía sangre. instigó a la raza de los orcos y llevó a cabo la estrategia de invasión.

Sin embargo terminó en tragedia. Los pocos soldados que apenas escaparon con vida lloraban unánimemente increíbles historias frente a Kosogi quien se sorprendió con la información que la fuerza había sido devastada por completo, sus hermanos murieron en batalla.

Según ellos, la fuerza de invasión de más de doscientos goblin y orcos fue forzada a huir por una simple caballera humana y un dragón volador.

Por muy difícil que lo encontrara de creer, Kosogi no era tan tonto como para ignorar la lección aprendida a costo de muchos sacrificios. Decidió no volver a cometer la estupidez de afrontar a los Caballeros de la Integridad del Mundo Humano en un asalto frontal.

Sin embargo en esta invasión en particular, el rol ordenado a los goblin de la montaña por el Emperador Vector era justamente eso.

La jefa de las usuarias de artes oscuras, D.I.L. debe de ser consciente de estos terribles Caballeros de la Integridad. Ese sería exactamente el porqué ella ofreció esta estrategia al emperador. Para usar a los goblins, orcos y gigantes para crear una desordenadas pelea cuerpo a cuerpo en el valle antes de reducirlos a todos a cenizas junto a los Caballeros de la Integridad.

Como el emperador aprobó el plan de D, ellos solo podían obedecer. Kosogi se estrujó el cerebro durante tres días y noches. Como podía cumplir la orden de una carga descuidada mientras escapaba de la garras de la muerte formada por los Caballeros de la Integridad al frente y los usuarios de artes oscuras detrás.

El inteligente plan que finalmente creó tomó la forma de esas pequeñas bolas grises distribuidas a sus subordinados.

Habiendo cargado por el valle en el momento que el emperador emitió su orden, Kosogi descubrió un alto Caballero de la Integridad, ataviado con una brillante armadura, lejos en el frente.

A pesar que no era Alice Synthesis Thirty, quien destruyó la fuerza de invasión en la Villa Rulid, sino su discípulo, Eldrie Synthesis Thirty-one, Kosogi no podía distinguir entre ellos. De todos modos, ellos eran demonios que esparcían muerte sin piedad hacia la raza goblin.

—Bien… ¡¡lanzadlas!!

Kosogi emitió una nueva orden en el momento  que llegó a cincuenta metros de los caballeros.

Al mismo tiempo rompió firmemente la pequeña bola que sostenía en su propia mano izquierda.

Pequeñas llamas se filtraron de la bola agrietada con ruidos crepitantes. Por supuestos, no tenía pólvora. Underworld, como era ahora mismo, no tenía objetos con ese nivel de civilización.

Así mismo, no había ningún elemento térmico generado por artes. Insertados en la bolas habían pequeños escarabajos conocidos como «Insectos golpeadores de fuego» que vivían solamente en el volcán del extremo norte de la tierra de la oscuridad, una tierra santa para los goblin de la montaña. Ellos se dispersarían en llamas calientes y quemarían las manos si se aplastaban por accidente.

La bola gris que envolvía los insectos golpeadores de fuego era del norte también, fue formada secando un tipo de molsa en el sol, amasando el polvo creado y secándolo una vez más. Ya que dejaba salir mucho humo una vez encendida, originalmente se usaba como señal, Sin embargo, a través de la técnica de concentración como la del Gremio de Asesinos, Kosogi amplificó el efecto decenas de veces.

Como resultado—

Las bolas de musgo lanzadas por Kosogi y sus subordinados a la vez se volvió en lo que podría ser considerado como unas impresionantes granadas de humo. Encendida por los insectos golpeadores de fuego, las bolas escupieron un denso humo que ocultaba lejos incluso la propia nariz y envolvía toda la mitad norte del valle extendiéndose hacia el este y oeste.

Ni siquiera los goblin con su excelente visión nocturna podía luchar apropiadamente con este humo.

Sin embargo los planes de Kosogi no eran vencer enemigos deslizándose en el humo. Inmediatamente antes de sumergirse en la densa pantalla de humo, gritó su tercer comando.

—¡¡Bastardos [2], coreeeed!!

Devolviendo el cuchillo de montaña a su espalda mientras lo hacía, puso las dos manos en el suelo. Con sus pequeñas estaturas, los goblins no llegaban a más que a las rodillas de los humanos cuando estaban a cuatro patas. El humo era débil cerca del suelo con las posiciones de los soldados apenas visibles.

Los cinco mil soldados goblin de la montaña con Kosogi, su jefe, ignoraron completamente a Eldrie y los guardias y se deslizaron, corriendo más lejos en el valle.

Las ordenes del emperador eran simplemente cargar contra el ejército enemigo. No especificaba que parte apuntar. Kosogi montó un plan para pasar a través de la fuerza principal del enemigo, en especial los Caballeros de la Integridad, sin tener contacto con ellos y asaltar a las unidades de refuerzo detrás.

Escabulléndose tras las líneas frontales, evitarían el ataque  combinado  que eventualmente llovería desde atrás de los usuarios de artes oscuras y los orcos arqueros. Ellos volverían y acabarían con los Caballeros de la Integridad y guardias después de las llamas y las flechas les dieron un golpe devastador, o simplemente huirían hacia el infinito Mundo Humano de otro modo.

Así, entre los tras frente de hostilidades en el valle de cien metros de ancho, el lado norte en solitario consiguió avanzar sin derramamiento de sangre.

El segundo escuadrón de guardias del Ejercido de Defensa del Mundo Humano estacionado detrás de Eldrie, finalmente notó la desaparición del Caballero de la Integridad de alto rango que les comandaba, Renri Synthesis Twenty-seven.

* * *

 

La primera baja del Ejercito de Defensa fue el guardia veterano que luchaba justo al lado de Deusolbert en el flanco derecho del primer escuadrón, en la línea frontal.

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No fue capaz de detener con su escudo las hachas de mano lanzadas por los goblins.

Era un noble de bajo rango que había comandado por mucho tiempo un pelotón de guardias imperiales en el Imperio del Oeste Wesdarath. A pesar que ciertamente tenía habilidad con la espada, el no pudo evitar el hacha que se enterró en su cuello arrugado causando una herida fatal que inevitablemente generó una enorme disminución en su Vida. Ni siquiera las artes de sanación recitadas a toda prisa por parte del grupo de ascetas a la espera detrás pudo hacer nada por ese daño.

Deusolbert detuvo inmediatamente sus disparos al azar y realizó un arte curativo de alto rango en el viejo guardia caído. Sin embargo, el guardia negó con la cabeza y gritó vehementemente mientras vomitaba sangre.

—¡No debe!! Esta es, realmente, la tarea sagrada y la vida de este viejo  hombree… caballero-dono, le confío… nuestro hogar…

Un momento después, el viejo guardia falleció con lo que quedaba de su vida liberado como recursos del espacio.

Deusolbert mordió con fuerza y disparó al goblin que había arrojado el hacha de mano con el fuego del Arco de Llamas Conflagrantes potenciado por la vida del viejo guardia.

Los guardias del Ejercito de Defensa también continuaron cayendo tras eso, esporádicamente pero sin fin. Decenas de los semi-humanos también perdieron sus vidas, obedeciendo el orden de su brutal carga hasta el final.

Gran parte de la inundación de recursos dispersados a través del campo de batalla se levantaron como puntos de luz—

Lejos, en los cielos sobre el valle.

Donde un solo dragón volador flotaba cubierto por la oscuridad.

De forma espiral mientras se unían a la Caballera de la Integridad, vestida con armadura dorada, de pie en su espalda

* * *

 

No tenía ni tiempo ni espacio para ocultarse.

Renri acurrucó su espalda dentro de la oscuridad en una esquina de la tienda de suministros y esperó la silueta que se acercaba con sus brazo alrededor de sus rodillas.

El redondo agujero de luz solar levemente iluminaba a las chicas, quienes parecían tener quince o dieciséis años. Una tenía un vivido color rojo mientras que el de la otra era marrón oscuro. Llevaban una armadura ligera por encima de la túnica y la falda grises que parecían ser parte del uniforme de alguna academia. Delgadas espadas rectas colgaban a la izquierda de sus cinturas. No recordaba sus caras. Pero ellas debían ser probablemente guardias de la gente común más que caballeras, juzgando por el nivel de equipamiento.

Lo que parecía fuera de lugar era la silla metálica empujada por la chica de pelo castaño oscuro. Un joven de pelo negro estaba sentado en la silla, equipada con ruedas en lugar de patas, con su cabeza colgando. Los ojos de Renri fueron atraídos hacia su rostro.

¿Aproximadamente veinte? No solo su cuerpo era horriblemente delgado, su brazo derecho faltaba desde donde su hombro acababa. A primera vista solo podía considerarlo más débil que las chicas. Sin embargo Renri entendió en ese momento que las dos espadas largas sujetadas firmemente por el brazo izquierdo del joven, generando una tremenda presencia a pesar de sus vainas, eran instrumentos divinos, posiblemente de un rango más alto que los Filos de Alas Gemelas.

¿Cómo podía ser? Incluso si ignoraba la propiedad de las mismas, seguía requiriendo un nivel de fuerza física en el nivel de los Caballeros de la Integridad para tener una en el regazo como esa. Sin embargo el joven que miraba inexpresivo el vacío difícilmente podría poseer tal fuerza.

Cuando había pensado hasta ahí, las chicas también notaron a Renri encubierto en la oscuridad, congelándose tras inspirar agudamente.

Sorpresivamente tomó poco tiempo antes de que la chica de pelo largo estirara su mano derecha hacia la empuñadura de su espada.

Renri habló con voz ronca antes de que ella la blandiera.

—No soy vuestro enemigo… perdón por  espantaros. ¿Os importa si  me levanto? Os enseñaré mis manos.

—…Vale

Esperando hasta que la chica respondió, Renri se levantó gentilmente. Un paso, dos pasos hacia delante con sus manos levantadas, el agujero del techo iluminó su armadura del mayos grado y un instrumento divino en ambos lados de la cintura. Las chicas tragaron saliva con brusquedad y se enderezaron a toda prisa. Dejando sus espadas en la silla con su mano derecha, formaron una señal de respeto frente sus pechos izquierdos.

—¡Ca… caballero-sama! ¡Lo sentimos mucho!

Renri negó con la cabeza e interrumpió a la chica de pelo rojo quien continuaba disculpándose con cara pálida.

—No… es mi culpa por sorprenderos. Además, yo ya… no soy un Caballero de la Integridad…

Aunque la segunda mitad apenas fue un susurro, las chicas parpadean con miradas perplejas. Su confusión no era una sorpresa. El manto blanco que colgaba de su espalda y la cruz unida a un anillo, el emblema de la Iglesia Axiom, que brilla en medio de su coraza servía como prueba definitiva de su estatus como Caballero de la Integridad.

Renri colocó los dedos de su mano derecha en el emblema, como si quisiera ocultarlo mientras exponía la verdad con la boca torcida despreciándose a sí mismo.

—Antes, dejé mi posición y huí. La lucha ya había comenzado en la línea frontal. Debe ser un caos en la unidad bajo mi comando ahora. Tiene que haber bajas también. Y a pesar de eso, no puedo moverme de aquí, ¿cómo puedo ser considerado un caballero?

Se mordió con fuerza los labios mientras miraba hacia arriba.

En los ojos ampliamente abiertos, del color de las hojas de otoño, los cuales pertenecían a la chica de pelo rojo, se vio a sí mismo.

Pelo gris que cuelga ligeramente por debajo de la frente. Esas mejillas redondas. Y dos ojos femeninos con largas pestañas , carentes de cualquier fortaleza de caballero. Un fracaso de caballero, confinado eternamente a la edad de quince años.

Fue cuando él rápidamente apartó sus ojos de esas características que despreciaba.

La chica de pelo rojo se tapó la boca con la mano como sui fuera atacado por algún nuevo motivo de sorpresa.

—¿…?

Renri frunció el ceño con sospecha antes de que la chica apartara sus ojos esta vez y sacudiera ligeramente la cabeza.

—L-lo siento. No es nada…

Tomando el lugar de la chica de pelo rojo quien continuó mirando hacia abajo, la chica de pelo marrón oscuro quien se había mantenido en silencio hasta ahora, dio un paso al frente y anunció su nombre con voz débil pero firme.

—Lo siento por no presentarlos antes. Pertenecemos al escuadrón de suministros, soy la aprendiz novata Ronye Arabel y esta es la aprendiz novata Tiezé Shtolienen. Y este es… el espadachín de elite en entrenamiento Kirito.

«Kirito».


Renri dejó escapar una suave voz de inmensa sorpresa al oír ese nombre.

Lo conocía. ¿Acaso no era uno de los dos rebeldes que cortaron a través de la Catedral Central hace medio año? Era por el mismo que Renri fue descongelado para interceptar, al cual no pudo encontrar debido a su tardío despertar.

¿Eso quería decir, que este delgado espadachín era el que venció a Highest Minister, Administrator? ¿Era ese brazo que le faltaba una reliquia del combate?

Renri movió su pie derecho hacia atrás. sintiendo una presión que no podía hacer nada frente al  joven que estaba en  silencio con  una expresión vacía. Sin mostrar muestras de haberse dado cuenta de dicho movimiento, la pequeña chica quien parecía llamarse Ronye continuó con un tono lleno de resolución.

—Erm… No tengo opinión respecto de las circunstancias de Caballero-sama. A pesar que pertenecemos al Ejercito de Defensa, nosotras también permanecemos atrás sin entrar a las líneas frontales. …Dicho esto, esta es actualmente nuestra responsabilidad. Tenemos la tarea que nos dio la caballera Alice-sama de proteger a este hombre a cualquier…

Alice. —Alice Synthesis Thirty.

La joven caballera prodigio, marcando contraste con Renri en todos los frentes. Ella debía estar preparándose para el plan secreto del Ejercito de Defensa incluso en este momento, un arte de gran escala para detener las líneas frontales ella misma.

Como si acorralaran a Renri, atormentado por una emoción que le hacía sentir aun más pequeño, la aprendiz novata Arabel añadió a sus palabras con una mirada desesperada.

—Caballero-sama, lo siento si estoy sobrepasando mis limites… ¿pero sería posible que nos diera una mano? Para ser honesta, nostras dos difícilmente podríamos vencer a un solo goblin. Debemos… ¡debemos mantener a Kirito-senpai a salvo!

Renri entrecerró los ojos ante la brillante luz en los ojos de Ronye

Pensó que era una luz que pertenecía solo a aquellos quienes habían grabado su misión en su corazón, esos determinados a cumplir su misión incluso si significaba perder sus vidas.

Donde dejé la mía atrás, ¿cuándo incluso una aprendiz novata, que ni siquiera se ha graduado de la escuela la tiene? ¿O tal vez había carecido de ella desde el momento en que desperté como Caballero de la Integridad en este mundo humano…?

 Renri escuchó un hilito de voz seca de su propia boca.

—Deberíais de estar bien aquí… creo. Su excelencia, el caballero comandante Bercouli, es quien comanda el segundo escuadrón del Ejercito de Defensa y si alguien logra pasar más allá de su guardia, es equivalente al fin del mundo humano de todos modos. Terminará de la misma manera sin importar donde corras. Yo planeo sentarme aquí hasta que la batalla termine. No me opondré si tenéis intención de quedaros en algún lado cerca…

Con sus palabras desapareciendo en un suspiro sin sonido, Renri volvió, más profundo de la tienda y se sentó con un ruido sordo.

Era entonces —

Que las cortinas de humo lanzadas por Kosogi, el jefe de los goblin de la montaña, y el resto volaron en el flanco izquierdo de las líneas del frente donde aguardaba el Caballero de la Integridad Eldrie. Tomando ventaja de la densos vapores en aumento, una avalancha de goblin empezaron a pasar la línea de defensa como agua a través de una tela gruesa.

Ni Renri ni las dos aprendices novatas tenían posibilidad de saber que si objetivo era justamente la aniquilación del escuadrón de suministros de más atrás del ejercito de defensa del Mundo Humano.

* * *

 

El jefe de los gigantes, Sigrosig, la progresión hacia la destrucción del conjunto de luz cuántica que construía su alma avanzaba rápidamente.

Sin embargo como el colapso causó graves daños solo a ciertas partes en vez de a todo el conjunto, ocurrió un retraso antes que su fluctlight dejase de funcionar. Por otro lado este fenómeno indujo un particular «efecto secundario».

Sigrosig con el odio y la sed de sangre que había dirigido hacia los humanos por décadas liberado todo a la vez, desbordó desde su Fluctlight y alcanzó incluso el light cube que almacenaba el arma de la caballera Vicecomandante Fanatio a través del «Main Visualizer» que regulaba el Lightcube Cluster.

Control directo de fenómenos a través de la imaginación. El poder conocido como «encarnación» por los Caballeros de la Integridad, robó la libertad de movimiento del cuerpo de Fanatio a pesar de su larga experiencia.

Cargando adelante con su enorme cuerpo de casi cuatro mel con tremendo vigor, el jefe gigante balanceó el gran martillo que tenía en su alzada mano derecha.

¿¡Por qué no se mueven!?

Fanatio pensaba en encontrar algún sentido a que sus piernas se negaran a escucharla, para eso ni siquiera podía cerrar sus manos en puños.

Incluso con el jefe gigante como su oponente, la Vicecomandante de la orden de los Caballeros de la Integridad nunca se congelaría con una simple mirada.

Se dijo eso a si misma pero aun así su cuerpo parecía congelado en su posición de disparo con su rodilla en el suelo.

Durante un combate con el caballero comandante Bercouli, ella no pudo ganar nada de terreno con su espada preparada, pasó por una experiencia de ese tipo. Sin embargo esto era completamente diferente de la presencia pesada pero de algún modo tierna que emanaba del caballero comandante y la envolvía. Dolor, como cinturones de cuero cubiertos de espinas de hierro envueltos en ella uno tras otros, atormentando todo su ser.

El jefe gigante, Sigrosig, bramó un extraño grito mientras pateaba a un lado a los goblins y orcos que deberían de haber sido sus aliados y cargó más cerca. Llegando a una distancia inferior a los 15 mel.

Él no sería un reto en un uno contra uno, o así debería de haber sido.

Dentro de los Diez Lords del Imperio oscuro, Fanatio solo reconoció el poder del líder de la Orden de los Caballeros Oscuros, Shasta. En un combate previo, su casco fue desafortunadamente roto al final de una intensa pelea que excedió los treinta minutos y ella probó la humillación cuando Shasta retiró su espada tras ver el rostro desnudo de Fanatio.

Sin embargo ella nunca se sintió derrotada incluso en ese momento. Ella estaba bajo la estricta restricción de Bercouli en lo referente al uso del Arte de Control Completo de Armamento cuando al luchar contra los caballeros oscuros. Por lo tanto ella no debería perder ante nadie. La simple idea de congelarse por una simple mirada era absurda.

Dicho esto, el fenómeno que excedía la comprensión de Fanatio se acercaba ante sus ojos, momento a momento.

Ni siquiera tomaría diez segundos antes que ese gigantesco martillo de hierro fuera hacia abajo sobre ella. Ella tenía que ponerse en pie y corregir su postura con la espada de una vez. Si podía interceptarlo con un corte, la Espada Perforadora del Cielo, un distinguido instrumento divino, nunca perdería contra ese martillo de hierro grueso de Sigrosig.

A pesar de eso, no podía levantarse. Grilletes invisibles ataban a Fanatio y el jefe gigante, un brillo rojo oscuro se mostraba en sus dos ojos, aproximándose ante los suyos—

—Humanosmatretretre [3]———

Soltando un grito que no sonaba inteligible mientras su martillo de hierro rugía hacia abajo.

Su excelencia

Fanatio murmuró en silencio con su inmovilizada boca.

Dakira Synthesis Twenty-two, una caballera de bajo rango, que ofreció todo a una sola persona desde que despertó como caballera.

No a la gobernante, Highest Minister, Administrator. Ni al que era el líder de la orden de caballeros, Bercouli.

Era para la Vicecomandante Fanario y nadie más. Dakira fue fuertemente atraído por su implacable intensidad y la angustia que ocultaba.

La emoción no podría ser otra que amor, siguiendo los estándares del Mundo Humano.

Sin embargo Dakira selló todas sus emociones bien lejos debido a una serie de razones y sirvió como un miembro sin rostro y sin nombre de la unidad dirigida directamente bajo Fanatio, las «Cuatro Espadas Oscilantes». Estando a su lado a solas hizo a Dakira mas afortunada que lo que nunca habría esperado.

Las cuatro espadas oscilantes no eran de ningún modo miembros de elite dentro de los caballeros de bajo rango. Fanatio había reunido a esos carentes de poder, quienes se juzgaba que había riesgo en ponerlos en las líneas frontales por si solos, y les hizo aprender técnicas de combinación para elevar su nivel de supervivencia, creando el denominado «escuadrón de las sobras».

Como tales consiguieron bajas evaluaciones de Highest Minister y Chief Elder, y de hecho ellos, las Cuatro Espadas Oscilantes, todos cometieron el gran error de sufrir heridas graves ante dos estudiantes espadachines de la gente común en esa rebelión de hacía medio año. Pero lo que dañó a Dakira mucho más fue como falló en proteger a Fanatio. El tiempo que pasó en la cama en el pabellón estaba lleno de incesantes pensamientos de cómo habría sido mejor morir en aquel entonces.

Sin embargo, Fanatió habló amablemente en lugar de con dureza hacia Dakira después de que sus heridas se curaran.

Con la máscara de plata que nunca se quitaba en público removida, la caballera Vicecomandante mostró un hermosa sonrisa y dio una palmada en los hombros a los cuatro mientras hablaba.

—Yo, también fui salvada por los rebeldes justo antes de mi muerte. Caballeros, vosotros no tenéis nada de qué avergonzaros. Más bien fuer una buena pelea. Nunca vi una coordinación tan buena de la «Envolvente Danza de Espadas Oscilantes».

En ese momento mientras lagrimas empezaban a correr bajo su yelmo se determinó.

A no permitir que la próxima vez algún daño llegara a la venerada caballera Vicecomandante.

Y esta era la mismísima «próxima vez».

Sin tener en cuenta las ordenes de permaneces en espera hasta nuevas órdenes, Dakira saltó de las filas en el instante que sintió una anormalidad en el estado de Fanatio.

Habían más de veinte mel hasta Fanatio, quien estaba sobre su rodilla, y el jefe gigante balanceando un gigantesco martillo de hierro sobre ella desde arriba.

Con la habilidad física de un caballero de bajo rango no debería ser capaz de cubrir esa distancia a tiempo. Sin embargo, Dakira corrió como un rayo de luz borrosa y salto frente a Fanatio, interceptando el rugiente martillo de hierro con una gran espada de dos manos.

La tierra se sacudía por el ruido resultante, con un destello teñido de rojo.

Aunque la gran espada de Dakira era más afilada que lo que jamás podrían llegar a ser las armas de los guardias, no podía compararse con los instrumentos divinos de los caballeros de alto rango en términos de prioridad. Por otro lado, el martillo de hierro de Sigrosig tenía su prioridad aumentada a un nivel terrible a través del «poder de encarnación de la sed de sangre» que le transmitía.

El choque terminó en solo medio segundo y numerosas grietas aparecieron por la hoja de la gran espada. En un instante la espada se rompió fragmentos de luz. Dakira arrojó la empuñadura mientras interceptaba el enorme martillo de hierro descendiente con solo sus manos.

Ruidos sordos hacían eco por todo el cuerpo.

Desde las muñeca hasta la parte superior de ambos brazos, se rompían por diversos lugares.

La visión se volvía blanca del dolor. Sangra fresca salía a borbotones de las juntas de la armadura, manchando la superficie del casco.

—¡¡Ku… uu… ooo!!

Con los dientes apretados, Dakira convierte el grito en fuerza y atrapa el martillo de hierro, sobrepasando la capacidad de soporte de sus dos manos, recibiéndolo con la frente del casco.

La superficie de acero de la  máscara cruzada fue destrozada sin  resistencia y ruidos desagradables se podían oír procedentes cuello, espalda y ambas rodillas de Dakira. El dolor creciente como llamas abrasadoras sumergió todo lo visible en un profundo carmesí.

Sin embargo, la caballera de bajo rango, Dakira Synthesis Twenty-Two, no se cayó.

Fanatio estaba justo detrás. Esta detestable arma no debía ser balanceada hacia abajo.

La protegeré. Esta vez sin duda.

—¡¡I… iaaaaaa!!

Liberado de la función de distorsión de voz de la máscara cruzada, un grito agudo resonó desde la garganta de Dakira.

La sangre que goteaba de todas las heridas envolvía a Dakira como llamas de un color blanco azulado.

Reuniéndose en los brazos rotos, las llamas estallaron como deslumbrantes explosiones. El martillo de hierro fue lanzado hacia atrás más de diez metros acompañado por el gran cuerpo de Sigrosig.

Dakira se derrumbó lentamente mientras escuchaba el fuerte impacto del gigante cayendo.

—¡¡…Dakira!!

Un grito, casi un alarido, lanzado a quemarropa.

Aah, Fanatio-sama me ha llamado por mi nombre.

¿Cuántos años hará?

Habiendo perdido su casco, sus cortas trenzas de color paja y sus pecosas mejillas quedaron expuestas mientras sonreía al caer a los brazos extendidos de la caballera Vicecomandante.

Dakira nació y se crió en una pequeña villa junto al mar en el Imperio Sur Southacroith. Sus padres eran pobres, sin apellido y vivían de la pesca, pero la chica bendecida con la fuerza de un hombre creció saludable mientras ayudaba al trabajo de sus padres.

Esa chica cometió un tabú a la edad de dieciséis años. Ella se enamoró de su amiga cercana del mismo género que ella, quien era un año mayor.

Por supuesto, nunca se llegó a confesar. Incapaz de hacer frente a su sufrimiento, Dakira buscó la penitencia de la Diosa Stacia en  un  altar de una iglesia vacía  por la  noche. Sin embargo, como el altar estaba conectado al  sistema automatizado de los ancianos de la Catedral Central , detectaron que Dakira había violado un tabú y fue llevada a la Iglesia Axiom, convirtiéndose en Caballera de la Integridad con todas sus memorias robadas.

Aunque ya no podía recordar su nombre, la chica mayor que Dakira amó se parecía un poco a la caballera Vicecomandante Fanatio.

En paz, Dakira miraba con su visión borrosa el hermoso rostro de Fanatio arrugado y con lagrimas deslizándose de sus largas pestañas.

La caballera Vicecomandante-sama está llorando por mí.

No podía pensar en nada que pudiera hacerla más feliz. Había logrado lo que se había propuesta hacer al final de esos largos y dolorosos días y lo que permanecía mientras la muerte se aceraba era satisfacción.

—Dakira… ¡¡¡no mueras!! ¡¡Ahora voy a tratarte!!

Una voz desgarradora resonó en sus oídos una vez más.

Dakira levantó su brazo izquierdo con sus últimas fuerzas y con los dedos temblorosos, suavemente secó las lagrimas a lo largo de las mejillas de Fanatio.

Sonriendo, Dakira convirtió esos sentimientos que siempre ha mantenido ocultos dentro de su pecho en un susurro.

—Fanatio…sama… Por… siempre… voy a… adorar… te

En ese momento la vida de la Caballera de la Integridad Dakira Synthesis Twenty-Two llegó a su fin.

La primera víctima mortal de la orden de caballeros bajó sus parpados para toda la eternidad.

Yo——Yo, ¡¡¿que he estado haciendo?!!

Fanatio gritó en su pecho mientras abrazaba con fuerza el pequeño cuerpo cubierto de heridas.

El jefe de los gigantes, Sigrosig, quien intentó ponerse en pie se reflejó en su visión distorsionada por las lagrimas junto con los tres miembros restantes de las «Cuatro Espadas oscilantes» cargaban ferozmente hacia delante en respuesta.

Dakira. Jeis. Hobren. Giro. Los había colocado directamente bajo ella para entrenarlos y protegerlos. A pesar de que solo les dio palabras estrictas, eran sus queridos hermanos pequeños. A pesar de ello, ella había sido protegida en su lugar, incluso una de sus vidas fue sacrificada—

—¡¡…Imperdonable!!

Esa palabra iba dirigida tanto a Sigrosig como a ella misma.

Ella no permitiría más bajas. Ella protegería a esos tres hasta el final, por el bien de Dakira también.

Esta resolución se convirtió en un «poder de encarnación del amor» e irradió de la alma de Fanatio con una intensidad que sobrepasaba la anormal sed de sangre en plena ebullición de Sigrosig.

Las espinas de hielo, que ataban todo su cuerpo de derritieron en un instante.

Recostando el cadáver de Dakira, Fanatio levantó la Espada Perforadora del Cielo del suelo con su mano derecha sin hacer ningún ruido.

Ante ella estaba la escena de los tres Jeis, Hobren y Giro que tras saltar hacia delante con sus grandes espadas levantadas eran lanzados por un único  golpe del brazo izquierdo de Sigrosig.

La luz carmesí que residían en los dos ojos del gigante parecían las llamas del mundo demoniaco muy por debajo de la tierra. Incluso los soldados goblins y orcos a su alrededor habían cesado su aproximamiento, aparentemente asustados.

—¡¡Mat…mat…mattttt!!

Un alarido anormal rugió desde el gigante quien lentamente se puso en pie. Sin embargo, ya no había ni siquiera una pizca de sorpresa o miedo en el pecho de Fanatio.

Suavemente señalando con su mano derecha hacia el cielo, la Espada Perforadora del Cielo—

Ganando un recubrimiento de pura luz blanca con un ruido sordo. El deslumbrante resplandor se extendía por más de cinco mel desde la punta de la espada y permanecía como tal.

—Humanomataaaaaeeeeeee!!

Balanceando el martillo de hierro con ambas manos, Sigrosig saltó hacia Fanatio.

—… Vuelve a la tierra.

Fanatio descendiendo la Espada Perforadora del Cielo en ese murmullo, la cual había extendido varias veces su tamaño anterior, la hoja de luz dibujó una línea blanca en el aire al chocar con la superficie del martillo de hierro.

Un crujido hizo eco mientras la gigantesca arma se dividía en dos. El hierro fundido salpicaba por todas partes con su color rojo ardiente desde la intersección.

La enorme espada de luz entró en contacto con la cabeza de Sigrosig del mismo modo, deslizándose hasta llegar al suelo sin disminuir su impulso.

Quien hacia alarde del cuerpo más grande del mundo, el legendario guerrero, fue partido con en dos y dichas mitades seguían en el aire. Tanto los gigantes de detrás como los guardias del Mundo Humano permanecieron en silencio en esa escena.

Fanatio alzó la espada de luz sobre su cabeza con un sonido satisfactorio de los dos trozos

—¡¡Primer escuadrón central, al frente!! ¡¡Repeled a los enemigos!!

* * *

 

La incesante corriente de oleadas de ataques de los goblins de las hundían en la frustración en Deusolbert

En combate uno contra uno no había ninguna posibilidad de que él fuera vencido o le supusiera algún tipo de reto cualquier tipo de soldado goblin, sin importar cuantas veces se repitiera. La montaña de cadáveres ardiendo por las llamas de las flechas que disparó antes servían como prueba de ello.

Sin embargo, no podía tomar todas las tropas enemigas él solo, ya venían como una ancha ola horizontal. Solo podía dejarles a la mayoría de esos de los lados a los guardias del Ejercito de Defensa.

En términos de experiencia individual, los guardias superaban a las tropas enemigas por un gran margen. Sus técnicas de espada, pulidas a través de medio año de estricto entrenamiento, eran más rápidas y afiladas que las de los goblin que confiaban en su fuerza blandiendo machetes. Pero esa brecha era mucho menos segura que la increíble brecha entre un Caballero de la Integridad y un soldado goblin. Sería difícil que superaran esos números, varias veces los suyos, con pura habilidad.

Deusolbert sentía el deseo que compartir con todos los guardias la gran fuerza de la que su cuerpo estaba dotado. Pero obviamente, no existía ningún arte capaz de ello.

Los guardias a su mando perdían sus vidas una tras otra, uno asaltado por múltiples goblins, otro colapsado por agotamiento. Deusolbert sentía como si su propia Vida se fuera cada vez que escuchaba sus gritos a través del campo de batalla.

¿Entonces esto era  lo que se le llama «guerra»?

Era completamente diferente de las antiguas peleas, barriendo intrusos en el suelo mientras sobrevolaban con un dragón volador o un uno contra uno con una caballero oscuro. Era una fea guerra de degaste donde a cada momento se añadían nuevas bajas.

El orgullo de los Caballeros de la Integridad no tenía ningún propósito en este campo de batalla.

¿Todavía no? ¿Todavía no daban la orden de que la unidad se retirara?

Ya ni siquiera sabía cuánto tiempo hacía que había empezado la batalla.  Deusolbert cortaba a través de los enemigos que avanzaban con la espada larga de su mano derecha y disparaba aleatoriamente con el Arco de Llamas Conflagrantes cada vez que podía. Habiendo perdido la calma sin darse cuenta, falló al notar los movimientos extraños tomados por una parte de las tropas enemigas.

El nuevo jefe de los goblin de las llanuras, Shibori, era mucho más tonto que el jefe de los goblin de la montaña, Kosogi, también era mucho más despiadado.

Shibori veía a los Caballeros de la Integridad que lideraban las tropas enemigas como nada más que grandes bestias mágicas. Los subestimó, pensando que sin importar que tan fuertes fueran eran solo ium blancos por su cuenta, acribillados al ser rodeados.

Sin embargo, se encontró con que los Caballeros de la Integridad eran mucho más problemáticos que bestias mágicas después de que la lucha empezara. Eludiendo sus rodeos sin importar cuantos cargaran. Diez fueron eliminados por la explosión de una simple flecha de fuego e incluso las flechas normales se dirigían, horriblemente, hacia sus cabezas y corazones.

Entonces, ¿que podían hacer?

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Tras pensarlo, Shibori llegó a la conclusión que no podría ser más simple o despiadada.

Seguiría mandando soldados a cargar el frente hasta que el caballero enemigo se quedara sin flechas.

Dicho esto, naturalmente los soldados enviados al frente sin un plan no están con ganas de simplemente “hacerlo y ya está”. Habían bastantes con una inteligencia superior a Shibori y aunque cumplían sus ordenes, buscaban cualquier artimaña que fuera posible.

Comenzaban levantando cadáveres de sus  camaradas caídos y escondiéndose en  sus sombres o manteniéndose a distancia del caballero mientras atacaban izquierda y derecha.

Deusolbert con su temperamento habitual debería de haber visto a través de tan ingenuo plan. Sin embargo los gritos de los guardias tuvieron la fuerza había hecho desparecer su calma sin que se diera cuenta. Los goblin también se aprovecharon de como la guerra había empezado al anochecer.

El enemigo estaba tardando mucho en caer.

En cuanto Deusolbert lo notó, su reserva de más que suficientes flechas de acero estaba casi agotado.

—Bieen, bien, parece que finalmente se quedó sin flechas.

Shibori mientras reía, puso el dorso de sus machetes entre la nuca del cuello y sus hombros.

El trágico escenario de incontables cuerpo de su raza, también, falló en ejercer presión cobre su mente. Había heredado la tenacidad de sus ancestros quienes vivieron a través de la antigua «era de hierro y sangre» que podría haber sido más atroz.

Parecía que habían acabado con un tercio de sus aliados, pero seguían quedando más de tres mil soldados. Si obtenían mucha carne y tierras tras invadir las tierras de los iums blancos, podrían ampliar su raza tanto como quisieran.

Sin embargo, debían de producir resultados significativos para expandir sus territorios. Primero tenían que acabar con el Caballero de la Integridad de armadura roja.

–Bien, vamos bastardos. Rodeemos a ese arquero y hagámoslo caer. Yo mismo tomaré su cabeza.

Soldados musculosos y toscos avanzaban lentamente formando una barricada alrededor de Shibori, quien se lo había ordenado.

—…Grave error…

Dejó escapar Deusolbert con un profundo gemido.

Finalmente había notado a esos enemigos moviéndose erráticamente en la oscuridad y esos espantapájaros improvisados al levantar cadáveres.

Tras eliminar a esos que manipulaban a los espantapájaros, apuntando a sus pies en vez de al corazón, la mano derecha buscaba en el gran carcaj de detrás y solo encontró un inútil vacío.

Sin flechas, el Arco de Llamas Conflagrantes, un instrumento divino, no tenía diferencia con un simple arco largo. Aunque podía producir flechas de elementos metálicos con artes sagradas, esa técnica solo podía ser usada en uno contra uno, al tener la posibilidad de recitar el arte. En primer lugar, casi toda la energía sagrada del espacio debería haber sido absorbida por la Caballera de la Integridad que estaba en el cielo, dejando la atmosfera seca.

Apretando los dientes mientras colgaba el Arco de Llamas Conflagrantes en su hombro izquierdo por su cuerda, Deusolbert sacó la espada larga de su cintura una vez más. Fue en ese preciso momento que notó a un grupo que se aproximaba rápidamente a través de la oscuridad desde el frente, con sus tamaños bastante grande para ser goblins. Sus apariencias diferirían de los de poca monta que había enfrentado hasta el momento. Del pecho a las caderas estaban cubiertos con una armadura de placas y cinturones de cuero enroscados en sus musculosos brazos. Llevaban en sus manos derechas unas grandes hachas gruesas que parecían poder cortar incluso a una vaca.

Deusolbert confirmó a otro goblin acercándose tras esos siete, con una figura que excedía incluso a los orcos en términos de altura.

A juzgar por el brillo negro con el que brilla la armadura de hierro fundido, las dos grandes hachas que tiene en las manos, y las vividas plumas decorativas que se sacuden en su cabeza, pensó que sin duda era el comandante del ejército.

Los dos ojos de brillo rojizo bajo la abultada frente del general goblin se encontraron con los ojos de Deusolbert y el aire alrededor crujió en un instante. Las espadas y machetes golpeándose entre sí sin pausa en la líneas frontales se extinguieron gradualmente y finalmente se detuvieron. Tanto los guardias como los goblin ganaron distancia de los otros sin mediar palabra y observaron la confrontación de los dos generales conteniendo el aliento.

Deusolbert con su mano izquierda frenó a los numerosos guardias que se acercaban. Blandiendo la espada en su mano derecha sin bajar la guardia, preguntó con una voz profunda oxidada pero penetrante voz.

—Bastardo, ¿eres uno de los Diez Lords del Imperio Oscuro… el jefe de los goblin?

—Así es.

El gran goblin respondió mostrando sus dientes amarillos.

—Soy el jefe de los goblin de las llanuras, Shibori-sama.

Deusolbert estabilizó su respiración, alterada por la larga y fiera batalla, mientras miraba hacia el general enemigo.

Si venzo a este general y a los que están cerca de él, el ejercito goblin perderá su voluntad para pelear, aunque sea por un momento. Si tomamos la iniciativa y empujamos atrás a sus filas habremos cumplido nuestro rol como la vanguardia.

Aunque no pudiera usar si Arco de Llamas Conflagrantes.

Aunque fuera ocho contra uno, ahora solo podía apuntar a la victoria. Aquí y ahora debía de demostrar la fuerza de los Caballeros de la Integridad,  quienes se dice que valen por mil.

—Soy el Caballero de la Integridad, Deusolbert Synthesis…

El grito vulgar de Shibori cortó su sonora voz mientras trataba de decir su nombre.

—Ehhh, ¡a quien le importa el nombre de un ium! Tu eres carne, carne pegada a la cabeza que voy a tomar!! Va… ¡¡Cabrones, a por él!!

¡¡U——raaaaaah!!

Los siete goblin de elite saltaban hacia adelante con brutales gritos de guerra, Deusolbert solo esperó a que llegaran.

Deberían de simplemente haber continuado con esta tosca guerra si ellos carecían de este modo del honor de espadachín. Proponer esta vergüenza como un duelo es simplemente…

—¡¡Ridículo!!

Antes de coger el látigo, la lanza, o el arco, cada Caballero de la Integridad es un espadachín experto.

Ningún ser podía percibir el movimiento de la espada de Deusolbert levantando la espada larga en su mano derecha sobre su cabeza y balancearla hacia abajo.

El corte de velocidad divina dibujó un tenue rayo de luz. Un leve sonido resonó al partirse en dos la gran hacha que el goblin llevaba.

Eso fue un momento antes de que el goblin fuera cortada en dos desde la cabeza hasta el estomago, sangre fresca brotaba de todas partes. Sin embargo, el caballero ya no estaba cuando la sangre llegó.

Deusolbert llevó a cabo su siguiente ataque, habiéndose movido hacia el segundo antes que el primero se hubiera dado cuenta de su propia muerte.

No era alguna técnica de espada consecutiva como esas de la caballera Fanatio o las de los rebeldes contra los que peleó. Solo eran cortes de un estilo antiguo de técnicas de espada ejecutadas desde una postura tradicional. Sin embargo la habilidad de Deusolbert había sido pulida en un período casi infinito, a prácticamente nivel divino. Solo los altos rangos en los caballeros oscuros y los guerreros podrían reaccionar ante ese simple golpe.

De hecho, el segundo, fue cortado desde la izquierda casi al mismo tiempo que  el primero, habiendo muerto con su armadura de plazas cortada junto con su corazón mientras empezaba a blandir su gran hacha.

La abrumadora diferencia de poder era evidente para cualquiera.

Sin embargo, los goblin de elite no dudaron. El jefe Shibori también era un ser superior que les inspiró terror y ni siquiera considerarían oponerse a su comando.

Los dos que rodearon a Deusolbert por los lados, bañados en la sangre salpicada de su propia raza, lo asaltaron desde izquierda y derecha.

El experimentado caballero no mostró ningún pánico y primero corto al goblin de la izquierda desde abajo y blandió en un arco hacia el goblin de la derecha desde arriba. El simple movimiento que había acabado con los enemigos de ambos lados estaba realmente al nivel divino.

Quedaban tres, aunque si se contaba también al general eran cuatro.

¿Iban a venir todos a la vez o uno tras otro?

Evitando los chorros de sangre de color rojo oscuro con un salto hacia atrás, Deusolbert preparó su próximo ataque.

El quinto ingenuamente lo atacó por la izquierda de su línea de visión. No vio la luz reflejada de las cuchilla de cualquier otra dirección.

—¡Nun!

Cortó horizontalmente con su espada a su izquierda con ese grito cortante. La punta trazó un arco y se clavó en el lado derecho del enemigo.

Los dos ojos se Deusolbert se abrieron ampliamente en ese momento.

Una gran hacha había apuñadado a través del pecho del goblin enemigo desde atrás justo cuando el cortó y voló hacia él.

La enorme hoja dispersó toda la sangre fresca de su compañero que todavía vivía mientras se acercaba a la garganta de Deusolbert.

No podía esquivarlo ni bloquearlo con su espada.

Habiendo juzgado eso en un instante, levantó el antebrazo izquierdo y chocó con la punta de la gran hacha, produciendo una luz opaca.

Un adormecedor intenso dolor. A pesar de que de algun modo lo soportó con su guantelete de color rojo cobrizo, la sangre se extendió a través de sus huesos desde su carne.

—¡¡Ku…ooh!!

Soplando en su sorpresa con un grito, Deusolbert forzó a la hoja del enemigo a rebotar hacia la izquierda. Un crujido sonó por todo su cuerpo, informándole de los huesos rotos en su brazo izquierdo.

¡¡Meramente un brazo!!

Habiendo detenido el corte armándose de espíritu, Deusolbert simplemente cargó directamente. Apuñalando a través del estomago del sacrificado quinto, su espada llegó al cuerpo solapado del sexto.

Sin embargo fue superficial.

Tuvo que retirar rápidamente su espada, ganar un poco de distancia y vincularlo al siguiente ataque.

Deusolbert sacó las espada mientras el sudor en su frente aumentaba sin darse cuenta.

El quinto se desplomó, muerto, y tras eso, vio…

Al sexto y séptimo lanzando sus grandes hachas lejos y saltando a ras de suelo sobre él con sus brazos extendidos.

Y no existía ninguna postura adecuada para atacar a un enemigo en esa posición en el estilo de Deusolbert.

Cayendo en una rigidez momentánea, las dos piernas del caballero  fueron  agarradas simultáneamente por los dos goblin. Incapaz de tratar con su terrible fuerza física, Deusolbert cayó sobre su espalda.

Sus dos ojos abiertos percibieron a Shibori, el general enemigo, saltando hacia adelante con su gran cuerpo y blandiendo dos hachas de batalla mientras muestra una alegría brutal.

No puede ser, en un lugar así. ¿Y por goblins?

Yo, el Caballero de la Integridad Deusolbert es imposible que sea vencido aquí.

«Imposible»

Cuanto más obstinado uno se fuera ese pensamiento podría ser un veneno peligroso para el estado mental. A pesar que evitó caer en un estado de locura como Sigrosig, el movimiento de Deusolbert se detuvo por completo con su consciencia adormecida.

El caballero solo pudo observar mientras la hoja letal se aproximaba antes de oír—

Un grito, ronco por el cansancio, pero valiente de todos modos.

—Caballero-dono——!!

Un solo guardia cargaba hacia el general enemigo y sus diabólicos rasgos. Fue un joven comandante de guardia. Ese joven de cuyo nombre ni siquiera había escuchado levantó el espadón con ambas manos e hizo un corte diagonal con todo lo que tenia.

En respuesta el general enemigo balanceó el hacha de batalla en su mano izquierda como si fuera una molestia.

¡¡Gagiin!! Un estridente ruido metálico opaco sonó.

A pesar que palidecía en comparación con el general enemigo, el comandante de guardia tenía una buena constitución y llevaba una armadura pesada, pero fue mandado lejos como una muñeca de papel, dando dos o tres vueltas sobre el suelo. Esa fuerza física derrocó la brecha entre  la técnica, velocidad y equipamiento con demasiada facilidad.

Los dos ojos del semi-humano se estrecharon con un brillo rojo. Liberando una aura asesina de una bestia, saltó y giró el hacha en la mano derecha para poner fin a la vida del comandante de guardia que todavía tenía que ponerse de pie.

No es bueno.

¡Como caballero y como comandante, no puedo permitir más bajas!

Ese pensamiento momentáneo se clavó en el rígido estado mental de Deusolbert como un relámpago.

No tenía tiempo suficiente para liberar sus piernas de los dos goblin de elite que le sujetaban, ponerse en pie y moverse ante el comandante de guardia. Lanzar la espada en su mano derecha solo serviría para retrasar la misma conclusión por unos segundos.

Antes de que siquiera pudiera considerar que hacer, sus dos manos se balancearon de manera casi automática, llevando a cabo algo que nunca había pensado antes.

Colocando la espada larga en su mano derecha como remplazo de una flecha en la cuerda del Arco de Llamas Conflagrantes que sujetaba horizontalmente y ferozmente tiró de ella.

La fuerte resistencia se sentía como si estuviera tirando de una cuerda sujeta a la tierra. El intenso dolor prácticamente dejó su conciencia completamente en blanco.

Sin embargo Deulsolbert dejó escapar un gemino a través de sus dientes apretados y la estiró hasta el límite. Tomando una postura para disparar gritó.

—¡¡Venid llamas!!

El instrumento divino respondió a la voluntad de su dueño incluso sin recitar el arte.

La energía de las llamas emitidas de todo el arco superó todas las manifestaciones anteriores de su Arte de Control Completo de Armamento.

A pesar que la espada larga colocada en el arco no podía compararse a un instrumento divino, era un objeto con nombre producido personalmente por Highest Minister. Poseía una prioridad de un nivel completamente diferente de las flechas de acero producidas en masa. La energía sagrada contenida en su hoja se transformó en llamas sin moderación.

La armadura de cuerpo completo de Deusolbert, que se supone que tiene resistencia al calor, se puso al rojo vivo esta vez.

Los dos goblin que estaba agarrados a sus piernas dejaban salir chillidos mientras las llamas empezaban a salir de sus ojos y bocas, quemándoles, antes de que pudieran reaccionar.

El general enemigo, retrocediendo al nota la anormalidad, abrió ambos ojos de la sorpresa y con enojo trató de lanzar el hacha de su mano derecha.

Sin embargo era demasiado lento—

—¡¡Arde hasta las cenizas!!

Gritando eso, Deusolbert liberó la cuerda del arco. Disparada con un rugido, la espada larga agitó sus ardientes alas carmesís mientras volaba recta. Parecía justo como la identidad original del Arco de Llamas Conflagrantes, el fénix que vivía en el volvían más antiguo del imperio sur.

—¡¡Graah!!

El general enemigo dejó escapar un gemido mientras cruzaba las dos grandes hachas frente a su cuerpo. El fénix revestido en llamas golpeó su corazón en un instante.

Las dos grandes hachas de arrabio se vaporizaron completamente con un siseo.

Y su dueño, Shibori el jefe de los goblins de la llanura, se saltó los procesos usuales de combustión, convirtiéndose inmediatamente en carbón negro. Se derrumbó en pedazos y desapareció sin dejar rastro.

Habiendo presenciado la horrible muerte de su general, los soldados goblin se dieron la vuelta y comenzaron a huir. Sin embargo más de trescientos soldados no pudieron escapar del infierno del fénix y desaparecieron en cenizas.

* * *

 

Y había pasado la angustia de ambos del primer escuadrón Fanatio en el centro, y Deusolbert en el flanco derecho.

Instruyendo a la segunda unidad en la parte trasera, el comandantes del Ejercito de Defensa del Mundo Humano, Bercouli Synthesis One, sabía claramente de ellos así como del caos en el flanco izquierdo que experimentaban bajo el comando de Eldrie debido a esa cortina de humo.

Sin embargo no dio un solo paso.

La primera razón era su confianza en los caballeros y guardias criados bajo su propio cuidado. La segunda razón era que el Mundo Humano tampoco podía enviar a su segunda unidad, hasta que la fuerza principal de tierra del enemigo, la Orden de los Caballeros Oscuros y el Gremio de Guerreros hicieran algún movimiento.

Y la tercera razón era la posibilidad de un ataque sorpresa, era algo por lo que no podía dejar de preocuparse debido a que su conocimiento sobre el Dark Territory era superior al de cualquiera.

O en otras palabras, la fuerza del enemigo en guerra aérea.

En este mundo donde el arte de volar no existía, en especifico dejando de lado el que estaba registrado en el index [4] que solo Highest Minister Administrator podía utilizar y fue perdido para siempre con su muerte, los pocos «Caballeros Dragón» en la Orden de los Caballeros de la Integridad y en la Orden de los Caballeros Oscuros poseían un potencial de guerra excepcional. Surcando los cielos libremente más allá del alcance de las espadas, podían arrasar a la infantería con las artes del caballero y las olas de calor del dragón.

Sin embargo no podían ser enviados despreocupadamente al frente de la guerra debido a su valor. Si enviaban los suyos antes que los del enemigo y eran derribados por la remota posibilidad de ser golpeados por una flecha o un arte desde el suelo, caerían en una gran desventaja desde ese momento.

Por lo tanto Berclouli retiene a todos los dragones voladores a parte de «Amayori», a quien Alice monta, en la parte trasera del campo de batalla y confiaba en que el enemigo hiciera lo mismo. Por lo tanto el ataque sorpresa que le preocupaba no venía de los caballeros dragón.

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Aparte de ellos, las fuerzas de la oscuridad poseían una fuerza aérea que monopolizaban.

Eran unos repulsivos monstruos alados llamados «minions». Creados a partir de arcilla y otros materiales por usuarios de artes oscuras, no poseían inteligencia y solo podían entender ordenes básicas.

En realidad, Bercouli había oído de Alice que la Highest Minister había creado e investigado en estos mismos minions en secreto. Sin embargo parecía que incluso Highest Minister vaciló en desplegar a estos repulsivos minions para la Iglesia Axiom. Sentía lastima de que no hubiera podido cambiar sus apariencia antes de irse, pero no vale la pena preocuparse por lo que no tienen.

Debido a esas razones Bercouli consideraba necesario prepararse para recibir un ataque sorpresa de los minion desde los cielos. Y en esa situación con los dragones voladores mantenidos atrás y la orden de los ascetas concentrados en la curación, su única opción era una defensa aérea en una amplia zona.

Para ser precisos, el instrumento divino que Bercouli tenía, la «Espada Perforadora del Tiempo», era la única opción.

Bercouli estaba completamente concentrado en su mente mientras estaba de pie firmemente en el medio del segundo  escuadrón con  ambas manos sobre el  pomo  de su preciosa espada envainada.

Podía sentir constantemente las difíciles batallas por las que los tres Caballeros de la Integridad y los guardias estaban pasando.

Sin embargo no dio un solo paso.

Después de todo, Bercouli ya había activado el Arte de Control Completo de Armamento de su querida espada.

Un reloj gigantesco que se hallaba en la Catedral Central en una era pasada e informaba a los residentes de la Capital Central Centoria del tiempo, sus agujas que eran usadas para señalar los minutos y las horas habían sido vueltas a forjar como instrumento divino, la Espada Perforadora del Tiempo. El poder que ocultaba era «cortar el futuro». El poder tras el corte permanecería en la trayectoria que hizo la espada y cualquiera que la tocara sería cortado, una técnica simplemente excepcional.

Justo antes de que la Gran Puerta del Este colapsara, Bercouli montó al caballero dragón «Hoshigami» y creó un gigantesco «espacio de corte» que abarcaba justo en frente de la Gran Puerta cien mel de ancho, dos cientos mel de largo y ciento cincuenta mel de altura. Balanceando un tiempo sin cesar su espada con sutiles movimientos verticales y horizontales, dibujó una fina malla en el aire vacio. El número total de cortes excedía los trescientos.

Mantener estas «espadas encarnardas» a tal escala por decenas de minutos era también la primera vez para Bercouli, el ser  prácticamente inmortal que había vivido por más de trescientos años. La técnica solo era posible separando su consciencia de su carne y concentrándose solamente en su estado mental. Dejó el comando del primer escuadrón a Fanatio por esta única razón.

De prisa… si vais a venir que sea rápido.

Ese ardiente deseo permanecía en Bercouli pese ha haber alcanzado un estado separado de la impaciencia innecesaria. Dejando de lado su agotamiento mental, más de la mitad de la energía sagrada de la Espada Perforadora del Tiempo ya se había consumido. No podía por el momento dispersar el Arte de Control Completo de Armamento y repetir el acto. Si fallaba en aniquilar a los minons enemigos y ellos asaltaban a Alice mientras prepara el arte a gran escala en el cielo sobre el primer escuadrón perderían su única esperanza.

Rápido, venid

* * *

 

Aunque Renri Synthesis Twenty-seven quien había abandonado su puesto seguía en el estado mental más pesimista dentro de los siete caballeros de alto rango reunidos en la Gran Puerta del Este, Eldrie Synthesis Thirty-one también estaba contra la pared pese a que debería tener mucha más experiencia en batallas reales.

Esa emoción difería de la que Dakira  de las «Cuatro Hojas Oscilantes» mantuvo por Fanatio, ese amor honesto. Quería ofrecer todo de su mismo para servir a Alice, pero al mismo tiempo experimentaba el deseo contradictorio de ponerla bajo su protección al ser más mayor que ella.

Alice tenía la reputación de ser la mayor genio en la historia de la iglesia desde que se despertó como una Caballera de la Integridad. Ella poseía un talento para las artes sagradas que sobrepasaba a los ascetas y sacerdotes, fue elegida como propietaria del instrumento divino más antiguo cuyo segundo nombre era la Inmortalidad Eterna, la «Espada de Olivo Fragante», la cual rechazó cualquier resonancia con los otros caballeros, e incluso ella pudo recibir todas las técnicas del Caballero Comandante Bercouli.

En el exterior podía verse como solo una pequeña chica, pero para la mayoría de caballeros, Alice era como una estrella solitaria en los cielos del norte, lejos de todo lo demás. Las circunstancias también habían estimulado los rumores de que sucedería a la Highest Minister Administrator.

Como tal Eldrie tampoco había hecho esfuerzos en acercarse a Alice tras despertar como caballero. Incluso se podría decir que la evitaba.

Aunque sus recuerdos del Mundo Humano habían sido robaros a través del «Ritual de Synthesis», Eldrie fue el hijo mayor de Eschdol Woolsburg, el mayor comandante jefe del Imperio Norte de Norlangarth y un noble de primera clase. Además, en el año 380 del Calendario del Mundo Humano fue el primer espadachín representante del imperio norte y el campeón del Torneo de la Unidad de los Cuatro Imperios. Incluso tras convertirse en Caballero de la Integridad, su orgullo innato como noble permaneció.

Para esa personalidad suya, la existencia de Alice como caballero siendo superior a la suya a pesar de ser joven y mujer, y su posición como única discípulo del Caballero Comandante Bercouli deberían de haberle traído molestias y nunca afecto.

Sin embargo sucedió tarde a la noche algún tiempo después de que ella se volviera una caballera.

Eldrie observó un aspecto totalmente inesperado de Alice por accidente.

En lo profundo del jardín de rosas intentando tener algún tipo de entrenamiento de espada secreto él vio a Alice, vestida con simple ropa de dormir, arrojándose sobre una gruesa lapida y sollozando. El nombre en la lapida, una simple cruz tallada en madera lisa, era la de un viejo dragón volador cuyá Vida se acabó unos días atrás, la madre dragón que dio a luz al caballero dragón de Alice, «Amayori», y al caballero dragón de Eldrie, «Takiguri».

Pueden ser muy valorados por su potencial de guerra pero seguían siendo meros dragones. ¿No era solo una simple bestia inferior? ¿Qué razón había para una tumba y ese sufrimiento?

Eso es lo que pensaba Eldrie en ese momento.

Sin embargo cuando trató de hacerse a un lado y reírse, se sorprendió al darse cuenta de que algo caliente brotaba de sus propios ojos.

Alice llorando mientras estaba en duelo por la fallecida madre dragón. Él no entendía porque eso había hecho estremecerse a su corazón lo suficiente para que aparecieran lagrimas. Sin embargo cuando se dio cuenta Eldrie solo podía estarse quieto, incapaz de ni siquiera limpiarse las lagrimas. Esa grácil y fugaz figura era la verdadera Alice Synthesis Thirty.

Desde ese día, la caballera en la cima, Alice, parecía completamente diferente  al reflejarse en los ojos de Eldrie. La veía como a una flor de cristal capaz de soportar cualquier trabajo con su cabeza en lo alto pero pudiendo hacerse añicos en cualquier momento…

Quería protegerla. Quería proteger a esa chica de cualquier tormenta o frío viento.

Esa emoción de Eldrie se volvía más fuerte día a día. Aún así sus pensamientos de protegerla eran muy impertinentes. El talento de Alice superaba a Eldrie tanto en artes como en espada.

La única posibilidad que le quedaba era su deseo de recibir la guía de Alice como su discípulo.

Desde entonces Eldrie vivió mientras mantenía un solo deseo. Hacer que su maestra Alice le reconociera como un espadachín y como un hombre.

La meta era difícil o incluso imposible. Con la verdadera fuera de la caballera genio Alice, que estaba un nivel reconocido incluso por el Caballero Comandante Bercouli, Eldrie estaba celoso, su entrenamiento desesperado le hacía mantener la paciencia más que alcanzarla.

Al mismo tiempo hacía grandes esfuerzos para lograr la sonrisa de su maestra por poco que fuera, con conversaciones sobre todo tipo de temas, comer juntos y una manera pomposa de hablar que simplemente venía a él, de hecho eso era un resurgimiento de su personalidad antes de convertirse en Caballero de la Integridad.

Fue sobre ese tiempo cuando su había comenzado a dar frutos, con su habilidad con la espada creciendo y logrando que los labios de su maestra mostraran una extremadamente débil sonrisa.

La catedral fue asaltada por el mayor incidente en la historia de la iglesia.

Inicialmente debería de haber sido un trabajo normal. Ciertamente el principal crimen, «asesinato» ,cometido por los os espadachines en entrenamiento era horrible, pero aún así accidentes involucrando disputas con derramamiento de sangre por una acumulación de circunstancias desafortunadas ocurría a veces a lo largo del vasto mundo humano. Realmente no sentía prácticamente ningún peligro o enemistad con los estudiantes cuando los vio ser llevados a la catedral. Pensó que no eran más que unos jóvenes de la gente común totalmente abatidos.

Por eso cuando su maestra Alice los encerró en la cárcel subterránea de la catedral y ordenó que vigilara…

[Protege la salida de la cárcel subterránea por una noche solo por si acaso.]

…Eldrie estaba un poco asombrado. Y tomó la responsabilidad pensando que mantenerse en vigilia en el jardín de rosas era agradable de vez en cuando, pero sufrió un fuerte impacto cuando los criminales escaparon justo cuando los cielos del este empezaban a volverse blancos.

Admirando la perspicacia de su maestra, Eldrie se puso ante ellos para cumplir con su papel, y sin embargo después de todo acabó perdiendo, y no tenía excusas para negar eso. Se enfrentó a plebeyos con cadenas rotas como armas e incluso usó el arte de liberación de recolección de su instrumento divino, el «Látigo de Escamas Heladas».

Realmente solo podía aceptar su derrota. Al final esos dos acabaron con el caballero de alto rango Deusolbert, la Caballera Vicecomandante Fanatio, su maestra Alice e incluso con el Caballero Comandante Bercouli, acabando por vencer a Highest Minister Administrator. Alice también lo había mencionado en la cabaña de madera en esa insignificante villa del norte enfrente de uno de esos criminales de quien no conocía el nombre. Que él era el espadachín más fuerte que incluso sobrepasaba a los Caballeros de la Integridad.

No sentía ningún pesar por haber perdido con el joven de pelo negro en términos de fuerza con la espada.

Eso no era todo, no había sido él, esos pensamientos dolían.

Aquel que libero a su maestra, Alice, del jardín de hielo que confinaba su corazón no fue él sino ese joven. El corazón de Eldrie se sacudió al darse cuenta.

Horas antes de que la Gran Puerta del Este colapsara su maestra, Alice, le habló con una gentil sonrisa que nunca había visto ni una sola vez en el pasado.

[Gracias a tu soporte pude seguir hasta hoy por este camino empinado. Gracias, Eldrie.]… o eso dijo.

En el momento que escuchó esas palabras, lagrimas de gratitud salieron junto a la resolución de Eldrie. En este campo de batalla por lo menos quería demostrar como la guía de Alice le había ayudado a desarrollarse a su mismo.

Esa fuerte determinación prestó fuerza  a Eldrie con  el poder de la encarnación  y lo arrinconó al mismo tiempo.

Incluso si el ejercito de goblin de montaña hubiera librado una guerra normal en el flanco izquierdo del primer escuadrón que él dirigía, Eldrie no habría demostrado una ferocidad inferior a la de Deusolbert en el flanco derecho.

Sin embargo en realidad los goblin de montaña vinieron con una estrategia inesperada de anular por completo la fuerza del flanco izquierdo con una densa pantalla de humo y deslizándose por sus pies para atacar la parte trasera.

Había sido vencido por goblins. Mostró una vista vergonzosa a Alice que observaba desde el cielo.

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Esa impaciencia robó la capacidad de Eldrie de dar juicios lógicos. Miró imprudentemente a su alrededor en el denso humo que no le permitía ver ni su propia nariz y pensó en dar órdenes a los guardias. Pero se dio cuenta en el último momento por lo menos. que atacar en este estado acabaría en fuego amigo, pero aún así seguía sin poder pensar una manera de deshacerse del humo.

Removiendo su pelo púrpura claro y mordiendo sus labios con fuerza para que su sangre fluyera, Eldrie solo podía estar de pie inmóvil.

 

 


[1]  Se refiera al ruido que hace la sangra al caer al suelo.
[2]  En japonés dice temeeraa, es una forma muy vulgar de llamar a un grupo de gente.
[3]  El texto original es incompleto por la locura de Sigrosid así que se ha adaptado lo mejor posible, sus palabras originalmente no están completas y hemos intentado mantenerlo.
[4]  Está el furigana en inglés originalmente. Se refiere al índice de todos los comandos/artes sagradas de Underworld que Administrator descubrió por casualidad.

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