Sword Art Online

Volumen 15: Alicization Invading

Capítulo 17: Dark Territory

Parte 3

Desde el extremo norte del Human Empire a los extremos de su región oriental.

Esta sería la primera vez que la Integrity Knight Alice y Amayori, nacida en el imperio occidental, visitaban el imperio oriental, Eastabarieth, una tierra más misteriosa incluso entre los cuatro imperios.

Ríos, azules como el lapislázuli, fluían aprisa a través de los espacios entre imponentes rocas extrañamente formadas bajo sus ojos. Los pueblos y aldeas cerca de la rivera algunas veces parecían estar principalmente construidas de madera más que piedra como el conocido lado norte.

Muchos de los que miraban el cielo y apuntaban tenían pelo negro. El recuerdo que la Deputy Knight Commander Fanatio, con la que ella simplemente no podía llevarse bien, nació aquí repentinamente saltó en su mente.

Regresando su mirada hacia adelante, Alice vio que Kirito, observando en rotundo el cielo mientras se apoyaba en ella en tanto que sostenía las riendas, también tenía pelo negro azabache, y consideró la posibilidad que él podría haber nacido aquí y recobraría su mente si descendía al pueblo y le dejaba entrar en contacto con la gente; sin embargo, ella actualmente tenía una necesidad de llegar a su destino incluso un segundo más rápido.

Era el tercer día de su apresurado viaje, acampando en lugares remotos lejos de la población de noche, y teniendo el pescado que Amayori atrapaba junto con las frutas secas que llevaban para las comidas.

Al mediodía del segundo día del onceavo mes, la cordillera del borde, cuya apariencia sólo permanecía inmutable en el lado norte, apareció ante ellos con un desfiladero hecho con cortes verticales tan rectos, sólo podía ser el trabajo de los dioses.

— Puedes verla ahora, Kirito.

Alice murmuró y acarició gentilmente la nuca de su amado dragón a quien había forzado en este largo viaje mientras llevaba una pesada carga. Aunque los dragones voladores presumían de la Vida más alta entre todos los seres vivos ahora que muchas de las bestias mágicas han desaparecido, aun así debe haber sido un compromiso mayor volar mientras se sobrecargaba con dos humanos y tres herramientas sagradas. Parecía que casi había agotado la energía que almacenó por vivir de una lujosa dieta de pescado por medio año.

Tras chasquear las riendas mientras pensaba en, por lo menos, alimentarla con mucho de su cordero ahumado favorito una vez que llegaran al campamento, Amayori respondió con una voz que no reveló sensación de fatiga y batió sus alas fuertemente.

Aunque el desfiladero parecía un espacio estrecho desde lejos, ella se dio cuenta que no era más que simple cuando se acercaron.

El valle probablemente alcanzaba cerca de cien mel de amplitud. Lo suficientemente amplio para que un gran ejército de orcos y ogros marchen en rango.

En las praderas que se extendían, como si envolvieran toda la entrada al valle que penetraba directamente la montaña, incontables tiendas estaban alineadas sistemáticamente, formando un gran campamento. Humo de cocina se alzaba de un lugar u otro mientras que los soldados estaban entrenando en las cercanías. El resplandor de las espadas que balanceaban y el espíritu que exudaban llegaba incluso a los cielos.

Aunque la moral no era tan baja como se preocupaba, el número de tropas aún era desesperadamente bajo. Un breve escaneo mostraba que eran menos que incluso tres mil. Por otro lado, el ejército invasor del Dark Territory no era menos que cincuenta mil. Pese a cómo sólo un minúsculo porcentaje se volvían soldados o guardias cuando otorgaban dichas Sacred Tasks en el Human Empire, todo aquel que podía luchar, independientemente de edad y género, fue hecho un soldado más allá de la cordillera.

Alice dudaba que nada acerca de esta situación cambiara con sólo la incorporación de sí misma. ¿Qué clases de estrategias para la defensa tenía en mente el Knight Commander Bercouli…?

Alice voló sobre el campamento en su contemplación y guio a su dragón volador hacia el desfiladero sumergido en tenue oscuridad.

— Lo lamento, Amayori, por favor vuela por un poco más.

Ella dijo eso y el dragón respondió con un kururuu inmediatamente antes que la luz de Solus fuera obstruida por la masa de la montaña.

Un frío que la hizo temblar la envolvió en el momento en el que entraron al desfiladero. Los muros de roca a la izquierda y derecha se elevaron tan parejamente que ella verdaderamente creyó que los dioses debieron haberlo hecho. Ella no vio absolutamente nada de vegetación, mucho menos fauna.

Después de seguir volando mientras desaceleraban por varios minutos…

Una estructura ridículamente grande finalmente se mostró ante la persistente niebla.

— ¿Esta es… la «Gran Puerta del Este»…?

La puerta gris que se elevaba verticalmente probablemente medía por lo menos trescientos mel de alto. Aunque era más baja que la Catedral Central de la Axiom Church que alcanzaba los quinientos mel, no era menos intimidante.

Más impactante era cómo fue esculpida de un solo bloque de piedra, no dejando junturas entre las puertas izquierda y derecha. Ella pensaba que tal hazaña era imposible de producir incluso por las Sacred Arts, mucho menos por manos humanas. Aunque las estructuras más grandes que Highest Minister, Administrator, engendró eran los «muros inmortales» dividiendo la Central Capital Centoria en cuatro, cada uno de esos muros comunicantes era mucho más pequeño que estas puertas.

Esta gran puerta fue colocada aquí por los dioses cuando el mundo comenzó. Con el fin de dividir el Human Empire y la tierra de la oscuridad y provocar tragedia trescientos y varias decenas de años más tarde.

— Detente, Amayori.

El dragón volador se detuvo en el aire y Alice miró la puerta otra vez de cerca.

Algo estaba escrito en letra sagrada cerca de doscientos metros por encima del suelo donde las losas de piedras formando las puertas izquierda y derecha se juntaban.

— Destruir… en… la última etapa…

Aunque ella logró captar una línea entre muchas, no entendió su significado.

Fue cuando inclinó su cabeza. Un tremendo ruido demoledor repentinamente sacudió el aire y sorprendió a Alice y a Amayori. Golpeteando la nuca del dragón, miró fijamente y vio una grieta fina tallada en la puerta, como un destello de un relámpago negro intenso, el cual era uniforme como un momento antes.

La grieta que se extendió por decenas de mel se detuvo por fin y varias rocas se desprendieron de su alrededor, desvaneciéndose en el fondo del valle más abajo.

Levantando su cabeza, una vez más se enfocó en la puerta gigante. Entonces se dio cuenta que esas grietas habían recorrido casi toda la plana losa de piedra como suturas.

Balanceando levemente las riendas, Alice fue tan cerca a la puerta sobre su dragón como pudo.

Extendiendo delicadamente su mano izquierda y dibujando rápidamente el sello de Stacia en medio del aire, tocó suavemente la superficie de la puerta.

La Vida máxima y actual de la Gran Puerta del Este estaba registrada en la «ventana» púrpura que flotó.

El número a la izquierda era el más largo incluso entre los muchos valores de Vida que había presenciado, un enorme valor por encima de los tres millones. Sin embargo, el número mostrado a la derecha no era siquiera una milésima de ella, 2985. Mientras observaba eso estupefacta, vio al valor actual decrecer por uno ante sus ojos.

Alice contó el tiempo hasta que el número cayó otra vez mientras que el sudor se formaba en su palma. Y estimó cuánto tiempo tomaría para que su Vida se agotara completamente.

— No podría…

Incapaz de creer en la respuesta que su propia cabeza obtuvo, Alice murmuró.

— Cinco días… ¿sólo quedan cinco días…?

La Gran Puerta que dividió solemnemente los dos mundos por más de trescientos años se derrumbaría en meramente cinco días — ¿eso en realidad podría pasar?

La brillante sonrisa de Selka, el arrugado rostro del anciano Garitta, y el malhumorado rostro perteneciente a su padre, atravesaron su mente uno tras otro. Meros día habían pasado desde que ahuyentó a los goblins asaltándolos y selló la cueva con hielo. Había creído que Rulid permanecería pacíficamente por el momento con eso.

Si la Gran Puerta fuera a colapsar en cinco días y el ejército de defensa era incapaz de retener a las fuerza andantes de la oscuridad, el Human Empire será inundado de monstruos sedientos de sangre. Las olas llegarían a la región del norte poco después y tragarían a la Rulid Village.

— Tengo… tengo que hacer algo…

Alice atrajo inconscientemente las riendas mientras murmuraba incoherentemente. Separándose de la Gran Puerta al borde del colapso, Amayori ascendió con un suave bateo de sus alas.

Tras alcanzar la cima de la puerta, imponentes trescientos mel de alto, se desplazó una vez más.

El desfiladero dividiendo la cordillera se extendía más allá de la puerta justo en el lado del Human Empire. Sin embargo, no eran cielos azules y pastizales verdes los que se extendían ahí, sino cielos teñidos del tono de la sangre y los páramos del Dark Territory que parecían espolvoreados con cenizas.

Despegando sus ojos de la ominosa escena, Alice se entrecerró abruptamente.

Ella vio luz parpadeando en la apenas visible tierra ennegrecida.

Haciendo que Amayori ascendiera más, centró sus ojos. Había más que una sola luz. Aunque estaban organizadas irregularmente, se extendían tan lejos como pudo ver.

Esas eran fogatas.

Era un campamento. Las vanguardias para las fuerzas de la oscuridad estaban yaciendo en espera en grandes números justo ante sus ojos. Aguardando ese momento en el que la puerta se derrumbe y abra el camino al Human Empire.

— Otros… cinco días…

Alice murmuró roncamente una vez más.

Su dragón volador volteó inmediatamente después. Ella pensaba que sería tragada por la inquietud y cortada por una sola línea enemiga si seguía observando la legión de fogatas.

Aun así, tenía confianza que podría masacrar a cien o doscientos de su infantería si consistía de goblins u orcos. Sin embargo, no sería tan simple si hubiera un batallón de arqueros ogros o usuarios de Dark Arts en la línea enemiga.

Incluso si los Integrity Knights estaban a la altura de mil, ese poder venía solamente de cada uno de ellos. No saldrían ilesos si ataques a distancia se concentraban en ellos más allá de donde sus espadas y Arts podían llegar e incluso las heridas menores podrían robarles toda su Vida cuando se acumularan. Esa era la exacta debilidad más grande de la Orden de los Integrity Knights, y consecuentemente, la defensa del Human Empire, que el Knight Commander Bercouli temía durante todos sus muchos años.

La Highest Minister, Administrator, a donde todo su potencial de guerra fue, ya falleció y la montaña de equipos acumulados en la catedral ya había sido distribuida al ejército de defensa. Sin embargo, quedaba muy poco tiempo. Si por lo menos tuvieran diez mil tropas, o un año de preparación…

Alejando sus vanos pensamientos con un suspiro, Alice le dio a Amayori instrucciones para descender.

La pradera en medio del campamento del ejército de defensa estaba vastamente vacante. Viendo que había una gigantesca tienda a su lado, ese era inequívocamente el campo de aterrizaje para los dragones voladores.

Descendiendo en un arco, Amayori giró su largo cuello hacia la tienda con sus cuatro talones apenas tocando la maleza verde y resonó un servil kururuu de su garganta.

Una voz levemente más profunda respondió inmediatamente. Debe ser su hermano, Takiguri. Alice saltó a la pradera mientras cargaba a Kirito en el momento en el que el dragón se detuvo y despegó el pesado equipaje de sus dos pies. Amayori pataleó hasta la tienda en el momento en el que terminó y frotó su cabeza contra la de su hermano la cual atisbó desde debajo de la gruesa tela.

Aunque hizo sonreír a Alice involuntariamente, ella notó las pisadas aproximándose desde atrás y enderezó su expresión con revuelo. Poniendo el dobladillo de su blusa plana en orden, barrió su cabello, revuelto por el viento, detrás de su espalda.

La voz de un hombre familiar resonó en el campo de aterrizaje antes de que ella pudiera voltear.

— ¡Maestra! ¡¡Mi maestra, Alice-sama!! ¡¡Yo creí en usted!!

Deteniéndose en frente de ella mientras se deslizaba en el césped estaba el Integrity Kinight con el que compartió un trago de despedida hace sólo diez días, Eldrie Synthesis Thirty-One. Pese a estar en un campamento, ni siquiera había una mancha en su pelo ondulado púrpura claro o su armadura plateada.

— Parece que has estado bien.

Eldrie estuvo lleno de emoción y a punto de responder, impertérrito por la contundente respuesta de Alice, pero sus labios se detuvieron de repente.

Él notó al joven de pelo negro apoyado en el brazo izquierdo de Alice.

Con un lado de su mejilla endureciéndose, el joven caballero devolvió su cabeza considerablemente y gimió como si estuviera incrédulo.

—Lo trajo… ¿cierto? ¿Por qué?

Alice, también, mantuvo su cabeza tan alta como pudo y respondió.

— Naturalmente. Juré protegerlo.

— A-Aun así… nosotros los Integrity Knights debemos estar como las vanguardias cuando la batalla empiece. ¿Cuáles son sus intenciones cuando cruce espadas con el enemigo? Tal vez no podría estar pensando en cargarlo mientras hace eso.

— Debería hacerlo cuando la necesidad surja.

Alice retiró su pie derecho levemente como si escondiera el cuerpo demacrado de Kirito, incapaz de ponerse de pie por su cuenta, de los ojos de Eldrie. Sin embargo, los pequeños grupos de los soldados reposando y los Integrity Knights de baja categoría cerca del campo de aterrizaje se habían reunido poco después y dieron miradas de sospecha sobre Alice y Kirito, quienes estaban juntos.

Eldrie liberó una aguda refutación, eclipsando las olas de parloteo.

— ¡No debe, maestra! ¡Con todo el debido respeto, permítame decir que luchar mientras lleva esa inútil carga no sólo reduciría a la mitad su habilidad con la espada, sino la expondría al peligro! ¡Con respecto a la batalla inminente, Alice-sama…!

Cortando sus palabras por un momento, señaló a los soldados circundantes con su deslumbrante guantelete plateado.

— ¡…tiene la responsabilidad de liderarlos en la batalla! ¡Debe ser capaz de mostrar todo su poder!

Fue sonoro. Sin embargo, ella no podía simplemente aceptarlo. Alice rechinó firmemente sus molares y buscó las palabras para explicar cómo sentía que eran importantes luchar por el Human Empire y proteger a Kirito.

Al mismo tiempo, sintió algo de sorpresa ante las fervientes palabras de su discípulo.

Él mostró un cambio claro desde el tiempo antes cuando Alice le enseñó la espada en la Central Cathedral. Eldrie entonces veneraba prácticamente a Alice y nunca respondería, no importa lo que ella dijera. Los misteriosos «dioses del mundo exterior» habían aplicado un sello en el ojo derecho de cada humano en este mundo y los hizo completamente incapaces de oponerse a la ley y los superiores. Tanto como Alice sabía, los únicos que rompieron ese sello fueron el ahora fallecido espadachín de la Blue Rose, Eugeo, y ella misma. Ni siquiera los dos que se jactaban de la autoridad igual a los dioses, la Highest Minister, Administrator, y la sabia, Cardinal, fueron capaces de oponerse a ese sello al final.

Eldrie aún debe estar bajo la influencia de ese sello. Pese a eso, había escapado de su obediencia ciega anterior, aunque no estaba muy claro si verdaderamente estaba oponiéndose a las palabras de Alice. Él tenía sus propios pensamientos y expresaba sus propias opiniones.

Quienes provocaron ese cambio probablemente fueron Kirito. Y Eugeo.

El alma de Eldrie debe haberse agitado en gran medida por esos dos, los rebeldes más grandes del mundo y orgullosos espadachines, pese a su breve encuentro.

Ahora que ella pensaba en eso, su hermana menor, Selka, que vivía en Rulid mostró incomodidad por las leyes inmutables de la villa y la testarudez de los que tenían poder. También estaban las dos estudiantes que corrieron cuando Alice arrestó a Kirito y Eugeo de la Sword Mastery Academy de North Centoria. Habría sido normalmente imposible que esas jóvenes pidieran a un Integrity Knight que se detenga.

Y por supuesto, estaba Alice misma.

Hasta el momento en el que cruzó espadas con Kirito y cayó a los muros fuera de la catedral con él, no tenía dudas de la estructura del mundo, el régimen de la iglesia, y la divinidad de la Highest Minister.

Sin embargo, durante toda su reacia cooperación para escapar de la crisis, su tregua, y su escalada de los muros exteriores, Kirito continuamente había agravado a Alice con sus palabras, su espada, y esos ojos negros intensos, finalmente resultando en ella rompiendo el sello en su ojo derecho…

Sí, Kirito era como un martillo que oscilaba en este mundo lleno de armonía falsa. Agitando y sacudiendo el mundo con el poder oculto en su alma, él finalmente desprendió ese antiguo clavo incrustado en el corazón del Human Empire conocido como la Axiom Church. Sin embargo, su mejor amigo, Eugeo, y la gurú, Cardinal, habían perdido sus vidas a cambio mientras que él perdió su mente…

Alice abrazó más el frágil cuerpo apoyado en su brazo izquierdo. Y miró directamente hacia los dos ojos de Eldrie.

Ella quería decirle. Sólo eres como eres ahora porque luchaste con este hombre. Sin embargo, él nunca entendería. Para la Orden de los Integrity Knights, Kirito aun así no era más que un traidor imperdonable.

Con una expresión como soportando un dolor sordo, Eldrie estuvo a punto de lanzar más palabras ante Alice que permanecía inmóvil en silencio.

Fue cuando ocurrió. Una parte de la multitud circundante se separó como si fuera empujada por la mano de un gigante.

La voz que llegó a Alice desde atrás de la multitud era lo suficientemente nostálgica para dejarla en lágrimas pero creaba una sensación de tensión que era casi dolorosa.

— Ahora, no hay necesidad para tu humor, Eldrie.

Apartando su vista del joven caballero que se enderezó deprisa, Alice volteó lentamente y vio a quien la voz le pertenecía.

Esas ropas sueltas al estilo de la región oriental las cuales estaban plegadas al frente. Esa amplia banda atada en un posición baja. Esa rústica espada larga toscamente pegada a la izquierda de su cintura. Ese extraño calzado se deslizaba en sus pies.

El equipo era mucho más ligero que el de los caballeros y soldados a su alrededor. Sin embargo, la presión exudando de su cuerpo, forjada al límite, era más densa y más pesada que cualquier armadura.

Acariciando bruscamente el pelo azul claro corto que iba bien con sus ropas, el dueño de la voz formó una sonrisa con su boca.

— Hola, ojou-chan. Estás más animada de lo que imaginé, eso me alivia.

— Oji-sama. Ha pasado bastante tiempo.

Reteniendo desesperadamente sus lágrimas, Alice reverenció al espadachín más viejo y más fuerte del mundo, el Inegrity Knight Commander Bercouli Synthesis One.

En los seis años que ella vivió como una Integrity Knight, él fue la única persona a la que Alice había aceptado en su corazón, respetado como un maestro, y adorado como un padre. Al mismo tiempo, fue el único espadachín, aparte de Kirito, al que ella nunca podría derrotar en este mundo.

Así, ella no debía mostrar un rostro cubierto de lágrimas ahora.

Si Bercouli le negaba tener a Kirito aquí, tenía que obedecer. Por supuesto, Alice ahora tenía la capacidad de ir en contra de sus órdenes. Sin embargo, oponerse a él en frente de todos sacudiría la disposición entre la Orden y el Ejército de Defensa.

Con la batalla decisiva avecinándose en meramente cinco días, no debía poner siquiera una fisura delgada en la autoridad de comando de Bercouli.

Como si viera a través de los conflictos de Alice, Bercouli se acercó lentamente mientras revelaba una sonrisa llena de gentileza rústica.

Primero observó los ojos de Alice y asintió fuertemente.

Y después de retener a Eldrie, quien parecía querer abogar, con un vistazo, el Knight Commander giró su vista hacia Kirito, sostenido en el brazo de Alice.

Sus labios se tensaron. Una luz asemejándose a llamas blancas azuladas habitaban en sus apasionados ojos.

Bercouli consiguió un respiro largo. Alice sintió que el aire alrededor se congelaba, poco a poco.

— Oji-sama…

Alice forzó su inaudible voz.

Bercouli estaba afilando su espíritu como espadachín. Permanecía a punto de liberar esa «técnica de encarnación» impartida sólo a los Integrity Knights… la técnica secreta que superaba el «Incarnation Arm», capaz de mover objetos con la fuerza de la mente de uno, la «Incarnation Blade» [16].

El poder concentrado de encarnación fue establecido en una espada y se liberó. Esa hoja invisible algunas veces podía incluso repeler la hoja de un enemigo tangible. El Armament Full Control Art de la herramienta sagrada que el Knight Commander llevaba, la «Time Piercing Sword», sólo surgió debido a su abrumador poder de encarnación.

En otras palabras, Bercouli estaba tratando de cortar a Kirito.

Ella nunca podría aceptarlo si él estaba tratando de resolver este problema cortándolo literalmente en dos. Si las cosas llegaban a eso, ella protegería a Kirito incluso si tenía que desenvainar su espada.

Abrumados por el intenso espíritu del Knight Commander, los soldados circundantes, Eldrie, e incluso los dragones voladores en la tienda se hundieron en el silencio. Con su respiración inestable en el pesado aire condensado, Alice trató desesperadamente de mover los dedos de su mano derecha.

Sin embargo, justo antes que Alice tocara su preciada espada, la boca de Bercouli se movió levemente y ella oyó palabras que parecían que venían de sus pensamientos.

— Relájate, ojou-chan.

— ¡¿…?!

Ocurrió en el instante en el que Alice tomó aliento.

Sin moverse en lo más mínimo, los dos ojos de Bercouli dejaron salir una luz temible.

Al mismo tiempo, el cuerpo de Kirito se sacudió violentamente dentro del brazo de Alice.

¡Kin! Un fuerte ruido resonó y un destello plateado estalló en el aire entre Bercouli y Kirito.

«¡¿Qué fue eso?!»

Aunque Alice jadeó suavemente por el shock, Bercouli ya había logrado una amplia sonrisa para entonces como si ese espíritu de ante fuese una ilusión.

— ¿Oji… sama…?

El Knight Commander frotó su barbilla y le habló a Alice quien murmuraba con aturdimiento como si una práctica hubiera terminado.

— Ojou-chan, ¿viste eso?

— S… sí. Aunque fue sólo por un breve instante… ¿hubo el destello de espadas…?

— En efecto. Disparé una Incarnation Blade, no, Dagger a ese joven. Si acertaba, le habría cortado su piel en una mejilla.

— ¿Si… acertaba? Te refieres a…

— Es correcto. Él la tocó. Ese joven, con su propia voluntad.

Alice no pudo evitar mirar rápidamente el rostro de Kirito mientras lo sostenía en su brazo izquierdo.

Sin embargo, sus esperanzas fueron inmediatamente frustradas. Ella no vio más que una vacía oscuridad en sus ojos negros vagamente abiertos. Su expresión estaba completamente ausente como siempre.

«Aun así, su cuerpo ciertamente se sacudió antes.»

Alice acarició el pelo de Kirito con su mano derecha mientras volteaba a ver a Bercouli. Aunque sacudió su cabeza, el Knight Commander dio su veredicto en palabras claras.

— Parece que su corazón no está aquí… Pero no está muerto. Escucha, ese muchacho trató de protegerte en lugar de a sí mismo justo ahora, ojou-chan. Así que volverá. Creo eso. Probablemente cuando más lo necesites.

Alice luchó incluso más que antes para contener sus lágrimas que amenazaban con fluir.

«Sí, él regresará desde luego.»

«Después de todo, Kirito, Kirito verdaderamente es el espadachín más fuerte del mundo, Incluso la derrotó a ella, cercana al reino de los dioses, balanceando esas dos espadas.»

«No diré… que es por mi bien. Pero por favor regresa, por las muchas personas viviendo en este mundo…»

Incapaz de contenerse más, Alice abrazó a Kirito con ambos brazos. La exhortante voz del Knight Commander cepilló suavemente su espalda.

— Es cómo ves, Eldrie. No importa que sea algo muy trivial, podemos cuidar a un joven por lo menos.

— Pero… pero aún así…

Mostrando una valía destacable, Eldrie el Integrity Knight más nuevo expresó sus pensamientos a Bercouli, el Knight más viejo.

— Puedo entender si se incorpora a nuestro potencial de guerra incluso en lo más mínimo, pero como está… además, incluso si recobra sus sentidos, cuánto un estudiante de la espada…

— Oh, vamos.

La voz de Bercouli llevaba un agudo filo equivalente al de una espada reconocida con esa gentil sonrisa.

— ¿Lo has olvidado? El compañero de este muchacho ganó contra mí. Contra el Integrity Knight Commander Bercouli Synthesis One.

Los alrededores se callaron instantáneamente.

— Ese muchacho llamado Eugeo… él era fuerte, absurdamente así. Yo incluso usé el Full Control Art de la Time Piercing Sword. Y perdí. Como tú, Deusolbert, y Fanatio también.

Parecía que Eldrie no encontró palabras para responder a eso. Era lógico; no podía haber nadie entre la Orden de los Integrity Knights o lo de más allá de la Gran Puerta en el Dark Territory capaz de vencer a Bercouli en uno contra uno, o eso creían todos en la Axiom Church.

Sin embargo, ¿no era una proclamación demasiado nociva?

El Knight Commander Bercouli había construido a toda prisa el Ejército de Defensa por medio de la dignidad de ser el más fuerte. Si todos sabían de la existencia de Eugeo como un espadachín que lo derrotó, y que Kirito tenía tanto poder…

Fue cuando Alice pensó eso y miró arriba.

Bercouli había mirado hacia los cielos como si fuera impulsado a hacerlo.

— ¿Oji… sama…?

El Knight Commander respondió a la pregunta de Alice con palabras que ella nunca podría haber imaginado.

— En un lugar muy, muy lejano, el inmenso espíritu de un espadachín se intensificó, y luego se desvaneció… Alguien que conocía está muerto…

[16]  Hoja de Encarnación.