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Volumen 10: Alicization Running

Cápitulo 3: Torneo de Artes de Espada de Zakkaria

Parte 3

Zakkaria era un pueblo rodeado por un muro rectangular de este a Oeste. Las dimensiones del pueblo eran, 900 Mel de norte a sur y 1300 Mel de Este a Oeste. El área era aproximadamente cinco veces el tamaño de la villa Rulid en el norte, donde ambos vivían. Al encontrarse en medio de una pradera no había ríos vecinos o lagos y su fuente de agua era un pozo. Así es, el lugar parecía realmente seco, pero había mucha más vegetación que en el Imperio del Sur, que se encontraba lleno de pueblos en el desierto. Las calles y edificios estaban prácticamente hechos con piedra arenisca de un tono marrón rojizo y los residentes tenían ropas de tonos rojizos. Así que las camisas de tonalidades de azul de los dos chicos eran bastante llamativas. Eugeo bajó su cabeza, preocupado por las miradas que le dirigían los otros, pero a Kirito parecía no importarle, mientras observaba las tiendas a ambos lados de la calle.

—Oh, los bollos de carne que esta tienda vende se ven deliciosos… pero la tienda de kebab los vende más baratos, a dos Sehars. Ah… Eugeo, ¿cuál quieres comer?

Kirito dijo tranquilamente esto mientras volteaba su cabeza. Entonces se dio cuenta de la actitud que mostraba su compañero. Sus ojos negros parpadearon mostrando sorpresa.

—Yo solo digo… pero Eugeo, es nuestra tercera vez en Zakkaria. No hay razón para estar tenso.

—Ahora que lo mencionas ésta realmente es la tercera vez… pero, es la primera que veo tantas personas desde que dejamos la villa.

—Si dices esta clase de cosas después de ver las personas en Zakkaria, ¿qué pasará cuando llegues a Central? Ahí también habrá cientos en los puestos de torneos de espadachines. Además, el tío y la tía Wolde dijeron que traerían a Telin y Telulu en la tarde para animarnos. No dejes que te vean así.

Eugeo, quien recibió una  palmada en la espalda  de parte de Kirito, puso una  expresión resentida.

—Entiendo. Son estos los casos donde envidio tu despreocupada personalidad, Kirito…

—¿Puedes decir esa clase de cosas aún con un rostro así de pálido? Eugeo-kun, ser ‘despreocupado’ es un truco importante en el manejo de la espada al estilo Aincrad.

—Eh, ¿e-enserio?

—¿Me preguntas de verdad?

Mientras hablaban, ambos habían llegado al final de la calle principal Oeste, la cual era de aproximadamente quinientos Mel de longitud. Un alto edificio apareció frente a ellos. Este era el «Salón de Reuniones» la instalación más grande en Zakkaria.

La plaza de forma rectangular que era proporcionalmente pequeña en comparación con el resto del pueblo, se encontraba ahora rodeada por puestos de espectadores. Era un espacio con múltiples funciones que eran usualmente usadas para los discursos de los Lord, conciertos presentaciones de teatro y, por supuesto, para el torneo de Espadachines que se llevaría a cabo hoy. Ya que el presenciarlo era gratis, había muchos ciudadanos reunidos aquí, aun cuando faltaban dos horas para el torneo. Para una Unidad Humana que se encontraba restringida por la «Tarea Sagrada» y el «Taboo Index» entre otras reglas, este torneo, que ocurría una vez al año, vendría siendo su única oportunidad de entretenimiento. Sin embargo, la intensa atmósfera que provenía de la arena parecía añadir presión a Eugeo, y su rostro, que de por sí ya estaba más blanco que el de Kirito, palideció de golpe.

—¿En… serio debemos pelear aquí…?

Kirito tomó el brazo de su compañero, que pronunció aquellas palabras con voz ronca, ignoró sus sentimientos y quejas y lo arrastró paso a paso hasta la ventana de registro de participantes que se localizaba frente a la ventana principal del salón de reuniones. Era posible que la mayoría de participantes, ya sea que vivían en este pueblo o eran residentes de Zakkaria, ya hubiesen llevado a cabo su inscripción. Un viejo guardia barbudo se encontraba sentado cerca la de la mesa de este puesto temporal. Kirito caminó sin temor hacia él y dijo fuertemente.

—Dos personas. Regístrenos por favor.

Al escuchar esto, el guardia levantó sus grises cejas y miró a Kirito y Eugeo con mirada dubitativa antes de toser ligeramente y dijo.

—Los únicos que pueden tomar parte en este torneo son aquellas personas que tienen la «Tarea Sagrada» de guardia de los pueblos del norte, un guardia aprendiz en Zakkaria o también…

—Esta es la «Alternate». Me refiero a eso.

Kirito le dio un codazo a Eugeo en un costado, quien se apuró a meter su mano en el bolsillo del pecho de su túnica, sacando lo que parecía ser un sobre de pergamino y de este sacó una carta.

—Déjame ver… hmm, así que es una carta escrita por el jefe de la aldea. ‘Los dos jóvenes que han sido encomendados con esta carta han terminado su «Sacred Task» otorgada por la Diosa Stacia. Querían buscar un nuevo camino y esta es la prueba’… ya veo —En ese momento, el guardia de mediana edad se rascó la barba—. En otras palabras, dos jóvenes mocosos de la villa Rulid al norte, que no son guardias, quieren encontrar una nueva «Tarea Sagrada» y volverse miembros de nuestra Guardia Zakkaria.

—Eso es correcto —Kirito respondió con una sonrisa despreocupada, y luego bromeó—. Pero no nos vamos a conformar con ser guardias aquí. Vamos a ir directamente a la Cen—

Eugeo golpeó su costado. Luego continuó por su silenciado compañero de forma veloz.

—Es-esa es la situación. Por favor déjenos registrarnos para el torneo de espadachines.

—Hmm, bien —El guardia asintió, le dio vuelta al mantel y les alcanzó un lapicero de cobre rojo—. Escriban su nombre, su lugar de nacimiento y su escuela de manejo de espada.

—¿E-Escuela dijo?

La mano de Eugeo, que se encontraba extendida, se detuvo y Kirito junto a  él tomó el lapicero. No era un papel de pergamino de alta durabilidad, sino un papel común fabricado con pasto blanco de seda. Tenía toda clase de nombres con diferentes caligrafías que lo llenaban. El chico de pelo negro escribió el nombre Kirito en el lenguaje común en este mundo humano, y como su lugar de nacimiento puso la villa Rulid. Bajó un momento el lapicero y luego continuó escribiendo el nombre de su escuela «Aincrad Style».

Habían transcurrido cinco meses desde que el observador había estado vigilando los dos muchachos y a pesar de que hubo todo tipo de dudas durante ese tiempo, la más grande sería ese nombre. Había aproximadamente treinta estilos de pelea con espada en este mundo, pero esta era la primera vez que escuchaba del nombre Aincrad-Style. «Quizá era un estilo que el rebelde Kirito crearía por sí mismo tras lograr algunas skills de espada, pero no parecía ser eso realmente. Esta misteriosa escuela Aincrad era diferente de las otras; en lugar de tener un sólo «Estilo Secreto», esta podría tener al menos diez…». Mientras reflexionaba, Eugeo terminó de registrarse después de Kirito —por supuesto, la escuela era la misma— y entregó el papel al guardia. Este atrajo hacia sí el lapicero y el papel y levantó sus cejas nuevamente.

—Hmm. En el pasado empleé una espada por un largo tiempo pero nunca escuché de esta escuela. ¿Tiene Rulid una escuela como está cerca?

La pregunta del guardia era de esperar. A pesar de que había más de cincuenta nombres de participantes escritos en el papel, más de la mitad eran parte del «Norgal Style» y otra gran parte del «Zakkalight Style» que se difundía por todo el Imperio Norlandgarth. No había ninguna escuela pequeña con un nombre raro. No obstante, Kirito simplemente mostró una expresión tranquila.

—Es una escuela que fue recientemente creada. —Respondió, y el ligeramente pálido Eugeo asintió también.

Por supuesto, el guardia no rechazaría ningún registro por una escuela y tras asentir y decir ‘comprendo’, les entregó dos brazaletes de bronce, cada uno con sus números grabados. Kirito obtuvo el ’55’ y Eugeo el ‘56’.

—Por favor, diríjanse al área de descanso para participantes antes de las 11:30. Vamos a asignar participante en los bloques Este y Oeste mediante un sorteo. A las 12:00 tendremos las preliminares y usaremos el desempeño del espadachín para recudir cada bloque a ocho personas. Deben realizar del movimiento uno al diez en orden ¿entendido?

Después de escuchar la pregunta del guardia, Eugeo asintió inmediatamente y Kirito mostró una expresión de duda antes de asentir.

—Bien. Lo siguiente será el show principal. Vamos a llevar a cabo partidos para el número de personas de ocho a cuatro y de dos a uno. Esa persona… los ganadores del bloque este y del Oeste van a obtener la «Tarea Sagrada» de ser miembro de la guardia Zakkaria.

En ese momento, ambos asintieron  al mismo tiempo. El observador, que se encontraba escondido en el cabello de Kirito, se sacudió y comenzó a pensar lo mismo que hacía unas horas atrás. La meta de ambos era entrar a ser parte de los guardias. Por lo tanto, cada uno debería ser asignado en el bloque Este y Oeste, pasar las preliminares y ganar el torneo principal. Sin embargo, si eran puestos en el mismo bloque, su plan habría fallado. Con respecto a esto, tenían problemas, esos dos jóvenes despreocupados deberían de tener alguna clase de plan. La respuesta a su duda llegó cuando ambos terminaron su registro con éxito, se dirigieron a la plaza cercana y dividieron el bollo de carne y el kebab.

—Yo digo… Eugeo, ¿si quedamos en el mismo grupo? ¿Qué deberíamos hacer? —preguntó Kirito, mientras rápidamente terminaba su mitad del bollo de carne.

—¿Qué dices Kirito…? —Respondió Eugeo, que acababa de terminar su primer kebab.

En otras palabras, ninguno de los dos lo pensó. Era de esperar, pero el observador sintió como si su cabeza fuera a explotar. ¡PIENSA! Se contuvo de caer víctima de su urgencia de gritar sacando su frustración jalándose el cabello gentilmente. Kirito levantó su mano y el observador rápidamente se trasladó a la parte superior de su cabeza mientras se rascaba el cabello en su frente. Incluso en este momento, este joven muchacho dijo algo que en conclusión era realmente optimista.

—Bueno, las piezas caerán naturalmente en  su lugar. No  te preocupes. Definitivamente entraremos a bloques diferentes. Yo realmente le recé a Stacia-sama, Solus-sama y a Te…Tereri…

—¡Terraria-sama!

—Sep, le pedí mi deseo a Terraria-sama.

«Ah…» —el observador en la cabeza de Kirito dejó escapar un suave suspiro que coincidió con el de Kirito. Volvió a su posición original y murmuró en su corazón. «No hay nada que puedas hacer, pero ¿eso está bien, muchacho?».

Treinta minutos después, cuando la campana se encontraba a punto de sonar a las 11:30, ambos entraron al baño del torneo. La habitación era amplia, aproximadamente de veinte Mel de largo. Tenía cuatro bancas de aspecto resistente en la parte Oeste y los participantes se sentaban de frente, hacia el Este. Había cuatro sillas de aspecto ligeramente elegante en ese lugar. Se encontraban vacías en aquél momento, pero había un guardia en la ventana de recepción.

En el momento en que Kirito y Eugeo pusieron un pie en la habitación, fueron observados por los otros cincuentaicuatro participantes. Todos estos hombres adultos parecían tener algunas skills asombrosas. Entre ellas, diez de ellos portaban uniforme de aprendiz de guardia. La mayoría eran jóvenes, pero personas de pueblos vecinos quienes fueron escogidos para ser guardias, parecían estar en su mejor momento. Había personas con largas barbas y también aquellos que mostraban unas escalofriantes cicatrices. Eugeo enderezó su espalda sorprendido mientras era observado por estos fuertes y feroces participantes, pero Kirito lucía bastante calmado mientras miraba la habitación y dijo en voz baja.

—Genial…

—¿Q-qué es genial?

Kirito acercó su rostro al de Eugeo, quien dijo aquello con una voz realmente tensa y suavemente respondió.

—No hay participantes mujeres.

—Yo digo, Kirito…

—A ti te pasa lo mismo, sería difícil para ti pelear contra una mujer.

—Es-eso es verdad… o mejor dicho, nunca pensé en esa posibilidad antes.

—Si es posible, espero que algo así no suceda hasta que lleguemos al Torneo de la Unidad de los Cuatro Imperios, o algo por el estilo.

—¡No me digas! Escuché que en  el Imperio  Occidental hay un escuadrón de caballeros compuesto completamente por mujeres.

—¡¿Aaaah?!

Así, estos dos comenzaron su usual conversación ausente de tensión y los cincuentaicuatro participantes pronto perdieron su interés en estos dos jóvenes, volteando sus rostros, que parecían decir ‘estos dos muchachos probablemente sean eliminados en las preliminares’, y comenzaron a revisar las espadas que les habían sido prestadas y a ajustar sus guantes de cuero.

Kirito miró alrededor una vez más, él parecía pensar en algo, se alejó de Eugeo y se acercó a las bancas donde estaban sentados los participantes. Se movió en medio de estas y respiró con fuerza a gran velocidad. Uno no podría pensar en su motivo para hacer eso. Después de mirarlo por unos cinco minutos, Kirito terminó de inspeccionar a los participantes y regresó con Eugeo. Llevó su boca al oído de su desconcertado compañero y murmuró.

—No muevas tu rostro. Segunda banca, el joven sentado más lejos, ¿lo ves?

Eugeo movió ligeramente sus ojos haciendo lo que dijo Kirito y asintió.

—Sí, ¿el chico con ropas de aprendiz de guardia?

—Ten cuidado si peleas con él. Puede que haga algo.

Después de escuchar eso, el observador, quien se encontraba tan sorprendido como Eugeo, sacó su cabeza de la parte frontal del cabello de Kirito. Ahí estaba un hombre joven, con cabello de color arenoso un poco encorvado y vestía un uniforme marrón. La edad que se podía ver en la data de «Stacia Windows», era dieciocho, y su  «Life Value» y «Object Control Authority» se encontraban bajo lo normal, así que no debería de haber nada de qué preocuparse.

—Eh~ ¿Es… alguien a quien conoces? —Murmuró Eugeo.

—No —Kirito negó con la cabeza—, pero… puedes llegar a entenderlo si lo digo de esta otra forma: La personalidad de ese tipo es similar a la de Jink.

Jink era una Unidad Humana y el actual capitán de la guardia de la Villa Rulid, donde ambos nacieron. Para ellos, él era una persona mezquina y poco sociable.

Una Unidad Humana debía de obedecer muchas reglas y regulaciones, eso no significaba que todos fueran amigables. Si, por ejemplo, había personas como las de la granja Wold, que tratan a todos con devoción, también habrían personas que menosprecian a los otros, los que se meten en el camino o usan a los demás de formas que van contra las reglas. En la villa Rulid, Jink sería esa clase de persona, y si las palabras de Kirito eran ciertas, ese aparentemente inofensivo aprendiz sería…

—Alguien como Jink podría intentar algo como aplicar jugo de pasto Shikami en mi espada o algo así.

Eugeo frunció el ceño mientras murmuraba, y Kirito inclinó su cabeza.

—¿Eso no estaría en contra de las reglas?

—No reduciría la vida de la espada, pero puede ser usada para pulirla. Sería difícil olerlo una vez aplicado. Muchas veces me molestaron con eso cuando era joven, y no pude concentrarme en las prácticas, así que realmente debo dárselo a él.

—Ya veo… Entonces no pierdas la espada que tomaste prestada. No bajes la guardia durante el encuentro. Estará bien si yo soy asignado al mismo grupo que ese tipo, pero…

—En ese caso no hagas nada estúpido, incluso si él hace algo, Kirito.

—Lo intentaré.

Kirito rio mientras asentía, luego se dio la vuelta. Fue hacia la ventana de admisión, usó la tabla de registro de bronce. Este era un torneo, sin embargo eran usadas espadas de metal en lugar de espadas de madera. Aun cuando la prioridad era menor, el poder sería suficiente como para gastar la vida de un humano. Claro está, había una regla que declaraba que debían pelear hasta ser casi golpeados. Definitivamente —sin duda alguna— sería imposible obtener  algún sangrado.

Ambos sostuvieron sus espadas con fuerza, en ese momento, cuatro hombres caminaron desde una oscura entrada y se sentaron frente a las bancas. Ellos eran guardias, todos vestidos con uniformes de un rojo brillante. El guardia barbudo del mostrador donde se registraron estaba entre ellos.

El hombre de aproximadamente cuarenta años, que tenía unas hombreras doradas —que lo definían como líder—, dio un simple saludo, y un joven soldado puso una enorme caja en la habitación de descanso. El líder palmeó la caja y dijo.

—En esta caja hay pequeñas bolas de color rojo y azul numeradas de uno al veintiocho, cincuentaiséis en total. Cada uno de ustedes debe meter su mano en el hueco y tomar una bola. Las de color rojo indican el bloque Este y las azules el Oeste. El orden en que se presentarán va a ir en orden numeral. Si no hay preguntas, por favor todos tomen una bola, empezando con los del frente…

Antes de que el líder pudiese decir esas palabras. Kirito inmediatamente se levantó y caminó hacia la caja. Eugeo le siguió apresuradamente y pronto, los otros participantes comenzaron a levantarse. Se produjeron ruidos de pasos y murmullos.

Se movió de la parte frontal del cabello de Kirito hasta el borde, y pudo ver un agujero que era de aproximadamente diez Cen en diámetro en la caja de madera. Sin embargo, estaba oscuro adentro, y los ojos del observador sólo pudieron identificar las formas de las bolas. Al mismo tiempo, Kirito chasqueó su lengua y el observador entendió su intento de tomar una primero. Si había muchas bolas restantes en la caja, podría ser posible ver el color de las que están más arriba, a través del agujero. Probablemente estaba esperando este momento.

«Enserio ¿Cómo puede seguir tan relajado? Debe ser un chico muy inteligente, pero desafortunadamente carece de conocimientos. En este mundo la regla es que los ‘los métodos normales para espiar no pueden funcionar cuando son llevados a cabo en una urna que no puede ser vista desde el interior’. Él tendría que obtener algo que le ayudara a deshacerse de esa característica de la caja, como un hechizo que creara un rayo de luz dentro de ella o uno que mejorara la vista.

—¿Qué pasa joven? Tome una. —Le solicitó el líder y Kirito extendió su mano lentamente hacia la caja.

Sólo podía confiar en la suerte de Eugeo y en la suya para quedar en bloques diferentes, ya que no podía ver el color de las bolas, pero—

«Te ayudaré…esta vez». Murmuró el observador en su mente mientras que de la nada saltaba del cabello de Kirito justo cuando éste llevaba su mano derecha adentro de la caja. Usó la sombra de la muñeca para cubrirse y saltó a través del agujero hasta el interior de la caja. La mano que entró a la caja tomó la primera bola que tocó y la sacó. El observador pudo distinguir el color de la bola en la caja. Una bola de color azul. Bloque Oeste. Una vez que se dio cuenta de eso, ajustó la forma de su cuerpo desde la más pequeña, cinco Mil a diez Cen, veinte veces el tamaño; aun cuando era más pequeño que el tamaño original, sería suficiente. Sus brazos agarraron una de las bolas de madera y la levantaron ligeramente, claro está, su color era rojo.

Varios segundos después, el blanco brazo entró en la caja tentativamente, y aún sin una «ventana» uno podía notar que pertenecía a  Eugeo. El observador empujó la bola roja en la temblorosa mano que se movía dubitativa y completamente diferente a la de Kirito. La mano se sacudió sorprendida, pero rápidamente cogió la bola y la sacó. Al mismo tiempo dejó escapar un —¡Ehh!— lo cual sonó muy agradable. Probablemente le tomó varios segundos el abrir su mano, y después de eso se escuchó un grito.

—¡Sí, Kirito!¡Es roja!

Después de eso, ambos se escabulleron mientras que al parecer el tercer participante se quejaba.

«Ya enserio… siempre dándole problemas a otros». Se quejó, y estuvo a punto de encoger su cuerpo cuando se le ocurrió algo. «Ese joven aprendiz de cabello color arenoso, ¿por qué Kirito se encontraba tan obsesionado con esa Unidad?». Quería saber la razón, ser un observador. «Bueno, entonces, voy a hacer que ese aprendiz luche contra Kirito en lugar de Eugeo. Voy a postergar mi ida, por ahora, y me quedaré en una esquina de la caja por un rato. Cualquiera que abra la caja y vea lo que hay adentro se sorprenderá. Solo mido diez Cen, pero no debería haber ningún organismo tan grande en el mundo de las Unidades Humanas».

Escondió su presencia por varios minutos. Después de la enésima vez, un brazo aparentemente delgado entró y por la «ventana» supo que pertenecía al aprendiz de guardia. Envió la bola azul que tenía preparada hacia la mano que se movía de una forma casi psicótica. Él no sospechó nada y sacó su mano para revisar, mientras que el observador dejó escapar un suspiro de alivio. Esta vez se encogió lo más posible y subió a la mano de la siguiente persona que lo metió en la caja.

Continuó colgado al brazo de esa persona hasta que llegó a la banca y luego se arriesgó correteando por el suelo hasta los pies de los chicos que se encontraban sentados en la parte más lejana. Subió por sus botas de cuero, las cuales tenían una grieta, a través de la espalda de la camisa de color cian y se escondió dentro del cabello negro. Luego nuevamente suspiró profundamente.

«No importa qué, interferir con el sorteo va contra mi deber como observador. Si «El Amo» se da cuenta de esto, podría ser castigado. No, podría ser capaz de observar de forma más eficiente al separar a Kirito y Eugeo en bloques diferentes y puse a Kirito y a ese aprendiz de guardia en el mismo bloque para obtener más información. Definitivamente no estoy pensando en otra cosa que no sea simplemente por eso. Incluso si ese aprendiz de guardia tiene alguna mala intención, no interferiré en su partido contra Kirito usando hechizos. Yo definitivamente no voy a hacer algo como eso».