Sword Art Online

Volumen 7: Mother’s Rosario

Capítulo 4

Como si cayera en un pozo sin fondo, ella fue asaltada por la sensación de que estaba cayendo rápidamente.

El mundo giró 90° bruscamente y de repente sintió una presión contra su espalda. Justo después, sus cinco sentidos se reconectaron con un estruendo, causando que todo el cuerpo de Asuna se pusiera rígido.

Sus párpados temblaron un par de veces mientras abría laboriosamente sus ojos que estaban borrosos por unas lágrimas y vio el techo de su habitación.

Finalmente, sintió la suave sensación de su cama familiar viniendo de detrás de su espalda. Respirando repetidamente de forma entrecortada un par de veces, la confusión en su sistema nervioso se fue gradualmente.

¿Qué demonios sucedió? Hubo un fallo momentáneo de energía o su AmuSphere funcionó mal…Ella pensó en esto y finalmente tomó una respiración profunda. Asuna sintió que era bastante extraño que hubiera el olor de un perfume que no usaba en el aire, se levantó con su brazo e inmediatamente abrió la boca estupefacta.

Su madre estaba de pie al lado de su cama con una expresión terrible, su mano derecha sostenía un cable gris claro. Este era el cable de energía que debería haber estado conectado al puerto DC del AmuSphere que Asuna llevaba en la cabeza. La razón por la que se desconectó anormalmente fue porque Kyouko desconectó la fuente de poder de la máquina. Al comprender esto, Asuna no contuvo su voz alterada.

-Qué… ¡Qué estás haciendo, mamá!

Sin embargo, Kyouko frunció el ceño profundamente y miró en silencio la pared norte. Asuna siguió su línea de visión y notó las manecillas del reloj incorporado, era unos cinco minutos después de las 6:30.

Asuna no pudo evitar morderse los labios, y Kyouko finalmente abrió la boca.

-Ya te lo había dicho cuando llegaste tarde para cenar hace un mes. La próxima vez que jugaras este juego hasta que se te hiciera tarde, iba a cortar la fuente de poder.

Frente al tono excesivamente frío que parecía estar alardeando de su victoria, Asuna casi le gritó por reflejo. Sin embargo, ella bajó la cabeza y se tragó desesperadamente ese impulso, y luego habló con una voz baja y temblorosa.

-…Olvidar la hora es mi error. Sin embargo, no tenías que cortar la fuente de poder. Si sacudes mi cuerpo y gritas en mi oído, voy a recibir una alarma dentro…

-Cuando hice eso en el pasado, ¿no te tardaste otros cinco minutos antes de que abrieras los ojos?

-Eso es…Irse, decir adiós, varias cosas así…

-¿Qué adiós? ¿Estás colocando las despedidas en ese tipo de juego incomprensible sobre promesas reales? ¿No te sientes mal por el ama de llaves si la comida que preparó con esmero se enfría?

—La otra persona es real incluso si es dentro de un juego, además, no eres tú la que hace una llama telefónica antes de ir a la universidad y desperdicia por completo la comida, madre…muchas réplicas similares cruzaron su mente. Sin embargo, Asuna volvió a bajar la cabeza y exhaló profundamente su aliento tembloroso. Lo que salió de su boca fue solo una frase corta.

-…Lo siento. Prestaré atención la próxima vez.

-No habrá una próxima vez. No te lo había dicho ya, la próxima vez que fueras negligente debido a esa cosa, la confiscaré. Además…

Kyouko curvó sus labios ligeramente y miró al AmuSphere que seguía en la cabeza de Asuna.

-Realmente no te entiendo. ¿No desperdiciaste ya dos años valiosos debido a esa extraña máquina? ¿No te sientes disgustada con solo mirarla?

-Esto…es diferente del Nerve Gear.

Murmurando esto, retiró los dos anillos de metal de su cabeza. Reflexionando sobre el evento de SAO, el AmuSphere estaba lleno hasta el borde con seguros, pero de inmediato sintió que era inútil explicárselo. Además, incluso si el hardware era diferente, es cierto que Asuna cayó en un estado vegetativo durante dos años debido a un VRMMO. Durante ese tiempo, Kyouko también estuvo muy preocupada e incluso una vez se preparó para la muerte de Asuna. Ella tenía que entender, entender por qué su madre odiaba la máquina.

Asuna se mantuvo en silencio, Kyouko soltó un gran suspiro y se volvió hacia la puerta.

-Vamos a comer. Cámbiate de ropa y baja de inmediato.

-…Yo no voy a comer hoy.

A pesar de que se sentía mal por el ama de llaves Akiyo que preparó la cena, ella realmente no quería comer cara a cara con su madre.

-Haz lo que quieras.

Sacudiendo ligeramente la cabeza, Kyouko salió de la habitación. Una vez que la puerta se cerró con un clic, Asuna estiró su mano hacia el panel de control y cambió el modo a ventilación rápida en un intento de expulsar la restante fragancia de la fuerte colonia de su madre, pero continuó flotando molestamente por un largo tiempo.

La emoción por reunirse con “Espada Absoluta” Yuuki, sus fascinantes compañeros y el presagio de una nueva aventura se desvaneció como una bola de nieve expuesta al sol. Asuna se levantó, abrió su armario, sacó un par de jeans gastados con un agujero alrededor de la rodilla metió sus piernas en ellos. Se puso una sudadera de algodón bastante gruesa y colocó un abrigo blanco por encima. Esas eran una de las pocas ropas que no fueron elegidas por su madre.

Acomodando su cabello rápidamente, Asuna agarró su bolso y su teléfono y rápidamente salió de su habitación. Cuando bajó las escaleras, se puso sus zapatos en el vestíbulo y estaba a punto de abrir la pesada puerta, una voz aguda salió del panel colocado en la pared a su lado.

-(¡Asuna! ¿¡A dónde vas a esta hora!?)

Sin embargo, Asuna no respondió, y giró la manija antes de que su madre pudiera cerrar la puerta de forma remota. En el instante que abrió la puerta, barras de metal volaron desde ambos lados, pero Asuna apenas logró saltar fuera primero. El helado aire húmedo nocturno golpeó su cara.

Cruzando el camino rápidamente, ella salió del patio por la puerta al lado de la puerta principal y finalmente dejó escapar un gran suspiro. El aire que exhaló se volvió blanco y flotó ante sus ojos antes de adelgazar y desaparecer gradualmente. Subió la cremallera de su abrigo, metió las manos en su bolsillo y corrió hacia la estación Miyanosaka de la Línea Tokyu Setagaya.

Ella no estaba huyendo de su casa, aunque salió corriendo como si fuera a atacar a su madre, Asuna comprendió que no estaba siendo nada más que infantil y rebelde. Esta ansiedad aumentó aún más la impotencia que sentía en su corazón.

Al llegar a una zona residencial con grandes casas contiguas, Asuna se detuvo frente a un pequeño parque infantil que estaba solo. Se sentó en un tubo de metal en forma de U inversa en la entrada y sacó su teléfono de su bolsillo.

Deslizó su dedo por la pantalla y buscó la página de Kirito…de Kazuto, en su lista de contactos. Puso su dedo sobre el botón para marcar, pero cerró los ojos y bajó la cabeza al final.

Quería llamar a Kazuto y decirle: Trae un casco extra y ven a recogerme en tu motocicleta. Sentarse en el asiento trasero de la pequeña motocicleta ruidosa pero rápida, aferrarse con fuerza a la cintura de Kazuto, y acelerar directamente al frente hacia cualquier lugar en las carreteras vacías de año nuevo. Si hace eso, la confusión en su mente seguramente desaparecería de inmediato, como cuando vuela a toda velocidad en Alfheim.

Sin embargo, si veía a Kazuto ahora, ella definitivamente sería incapaz de contener sus emociones y lloraría mientras le decía todo. Acerca de cómo debe transferirse de escuela. Sobre cómo podría no ser capaz de ir a ALO de nuevo. De la fría realidad que había empujado a Asuna en una dirección fija desde que era joven y ella misma que no podía hacer nada en contra de ella…en otras palabras, le diría todo sobre su debilidad que había ocultado hasta ahora.

Asuna retiró su dedo del botón del teléfono, y en silencio pulsó el botón de suspensión. Después de apretarlo con fuerza una vez, lo devolvió a su bolsillo.

Ella quería ser fuerte. Una voluntad fuerte que no vacilará ni por un momento. La fuerza para no depender de sus padres y dirigirse en la dirección que ella esperaba.

Pero al mismo tiempo, una voz gritó que ella quería ser débil. Quería ser capaz de no ocultarse a sí misma y ser una debilucha que puede llorar cuando quiera. Una debilucha que puede pedirle a otros que la abracen, la protejan y la ayuden.

Copos de nieve comenzaron a caer. Golpearon su cara, se fundieron de inmediato y fluyeron hacia abajo. Asuna levantó la cara y miró en silencio a los puntos blancos dispersos cayendo en el crepúsculo pálido.