C³ – Cube x Cursed x Curious

Volumen 1

Capítulo 4 – Una Madre y una Almohada Corporal Para la Noche / ‘Voz, una Terminación, No es una Terminación, Ella, Ella’

Parte 8

Una vez más, escuchó palabras que jamás le habían dicho antes.

-Bienvenida de vuelta, ¿pasó algo?

-…Tal vez, tal vez no. Sobre este lugar—

-Qué devota eres en tu trabajo como auxiliar, realmente debería recompensarte.

Su cabeza estaba siendo acariciada. Deteniendo su reporte, ella enfocó su atención al sentido del tacto.

Para cumplir con su acuerdo, ella se quitó el Vendaje Chupacabras tan pronto llegó al hotel. Sólo con el manto cubriendo su piel desnuda, aunque era un poco friolenta, pero sólo al ser acariciada en la cabeza le trajo una sensación de calidez desde el interior. Qué increíble.

Después de un momento, la mano ya no estaba sobre su cabeza. Siendo honesta, se molestó porque la sensación se detuvo, pero no podía hacer demandas caprichosas.

Peavey abrió una maleta en la esquina de la habitación y comenzó a buscar algo.

-…Hmm, he pensado en algo. El reporte de ahora…

-Eso ya no importa más. Yo también, he pensado en algo. ¿Puedo hacerte una pregunta?

-…Continúa por favor.

-Puedo preguntar otra vez, ¿cuál es tu nombre? No un apodo aburrido como Mummy Maker sino tu nombre real.

Peavey habló sin mirar atrás.

Para ser francos, Mummy Maker odiaba su nombre. Era el nombre dado que le habían dado esos padres a quienes odiaba mucho. El nombre que le habían dado el hombre y la mujer que habían tratado de quemarla hasta la muerte. El nombre que había sido destruido en el fuego, abandonado mientras era vendada como una momia en el hospital. Después de eso, su madre al lado de la cama del hospital estranguló su cuello diciendo ‘¿¡Por qué no moriste!? ¡Ahora no podremos reclamar el dinero del seguro!’ En ese entonces, ella maldijo su propio nombre.

Pero dado que esta persona estaba aquí, ser llamada por ese nombre estaría bien—eso es lo que ella pensó. Ya que había sido acariciada gentilmente durante tanto tiempo por esta persona.

Después de pensarlo por un momento, Mummy Maker finalmente dijo su nombre. La sensación de decir ese nombre la hizo sentir muy nostálgica, trayéndole una increíble sensación de vergüenza.

-… Amanda. Amanda Carlot.

-Realmente, es un buen nombre.

Peavey sonrió mientras se volteaba.

-Entonces, adiós.

La enorme hacha se balanceó hacia el abdomen de Amanda.

-…Eh… ¿Ah?

La sangre era expulsada desde las profundidades de su garganta como un incendio. No podía entender por qué esto le estaba pasando. ¿Por qué su abdomen se sentía un calor tan abrasador? ¿Por qué sentía el aire fluyendo hacia el interior al mismo tiempo? ¿Qué era lo que estaba vomitando? Al ensuciar esta alfombra que se veía cara, ¿sería regañada?

-No sé si conoces esto, pero esta es «Dance-Time» que pertenecía al Caballero Rielrink quien murió el mes pasado. Esto es de lo que estaba hablando en nuestra primera conversación telefónica. Los altos mandos decidieron mezclar esto con mi equipaje por su cuenta, trataban de evitar tener un Wathe sin uso ni un maestro. Sólo puedo llamarlos entrometidos… Pero como las cosas han llegado a esto, era el último recurso que me quedaba.

Incomprensible. ¿De qué estaba hablando? ¿Por qué? ¿Esto? ¿Dónde estaba la calidez de esa mano justo ahora?

-Oh cielo, tus ojos parecen estar preguntando ‘¿Por qué hiciste eso?’ Creo que lo entiendes por supuesto, pero déjame decirte una de las razones.

A través de su mirada inestable, la chica vio a la mujer de vestido sosteniendo una tarjeta entre sus dedos. Eso… ¿Era eso?

Peavey agitó su brazo y dijo bromeando:

-Algo que dejaste caer. Entonces, ¿qué escribiste en ella? ¿Eh…Oh cielo? Son los dígitos de tu número de teléfono, ¿cierto? ¿Tratabas de imitar a una prostituta de lujo? Entonces mira el reverso. Ah~ ya veo, incluso grabaste en detalle tu ‘Lista de tareas’. Proponer dejar libres a la espada japonesa y a ese chico llamado Yachi si renunciaban a Fear-in-Cube. Además, pedir refuerzos al Dominio y mandar de vuelta a la herida—habiendo perdido esta nota, ¿recordaste terminar todas estas tareas? Hoho.

Como si fuera completamente inmunda, Peavey arrojó la tarjeta. Su cuerpo temblaba cuando colapsó en el piso, la chica miró la tarjeta delante de ella. La hilera de números sin duda era de su letra. ¿Por qué estaba allí? Además—

(… ¿Escribí todo eso…?)

Podía saborear el hierro en su lengua. Ella recordó el incendio pero no estaba en un incendio justo ahora. Contradicción. Contradicción. Había escrito el número telefónico para dárselo a esas personas en ese entonces, era imposible que estuviera aquí; no había nada escrito en el reverso. Más importante, ella sabía que llamar refuerzos haría que Peavey se enfadara, así que aunque lo consideró, no lo eligió después de todo. En otras palabras, la tarjeta no tenía escrito lo que se suponía que iba a hacer, ella realmente entregó la tarjeta—la había entregado—la había entregado… Lo había hecho—o no—

-Esto es realmente traición. Mi deseo es destruir personalmente a esa perra apestosa de caja, al chico y la espada japonesa. ¿Propuesta? ¿Refuerzos? ¿Regresar? ¿¡Quién necesita esos obstáculos!? El hecho de que hicieras esto secretamente a mis espaldas significa que has progresado en cierto grado, y no tienes intención de cambiar tu mentalidad, ¿cierto? Entonces la persona que es inútil para mí y mi único obstáculo, incluso es un insulto a mis ojos—ese es por qué decidí deshacerme de ti.

Obstáculo. Un insulto a sus ojos.

Eso no es cierto… Es… Esto fue por ti… ¡Esa fue la razón por la que lo hice! Ya que no quería que murieras… ¡Por eso lo hice!

Incapaz de hablar. Veía su mano retorcerse y temblar, como una rana, que repugnante. Ella estaba siendo odiada, que problemático.

Peavey recogió el hacha con su pie y dio un paso adelante.

-Y por segunda razón… Una cuestión de coincidencia. Esta hacha repugnante necesita del sacrificio de una vida con el fin de activar su tabú de energía… Aunque creí que me las podría manejar en el camino, esto es mucho más conveniente—Ah, a propósito, esto sigue siendo muy repugnante.
Creo que no lo puedo evitar, ser forzada a tocar un Wathe es realmente… Tan pronto el trabajo esté listo, ¿podré reemplazar mi brazo restante con una prótesis también?

Hablando relajadamente, balanceó el hacha en sus manos.

Con una sonrisa en su rostro.

-…coff… jadeo…

-¿Hmm? ¿Quieres decir algo?

Es cierto, quiero decirle algo. Hay algo que necesito decirle.

-¿El reporte de lo que hiciste? Te escucharía. Hoho, si no me estuvieras engañando.

No, en este momento, ese tipo de reporte no importaba. Lo que había ocurrido en esa casa, de cualquier forma—

Ella simplemente quería volcar sus pensamientos más secretos en palabras. Pero no podía dejar salir ningún sonido. Una sustancia caliente llenaba su garganta. En su lugar, quería mostrarlo usando la expresión facial, pero tampoco podía mover su rostro. Podía sentir líquidos en el borde de sus ojos y boca.

Ah… Realmente quería decírselo… Quería decírselo tanto… Claramente quería decírselo.

Siempre había deseado que alguien acariciara mi cabeza, y ella lo hizo por mí.

Incluso si se trataba de un engaño, decepción, pérdida de tiempo, o una impresión equivocada de mi parte, ella acarició mi cabeza gentilmente.

Habiendo experimentado sólo males, esta revelación me sorprendió desde la primera vez—sentir esto debe ser lo correcto. Ella me dio esto.

Era correcto, por lo tanto—

-Oh cielo, esto es desesperanzador para ti ahora. Entonces, ya es hora—

Gracias, por enseñarme como es una madre—Ella quería decirle eso a Peavey.

-Buenas noches, Amanda.

La mujer maniática que manejaba el hacha dijo su nombre con más gentileza amorosa que los padres de esa chica, más que nadie.

Semejante experiencia feliz jamás había sido grabada en la vida de esa chica.